Todo por mi Hija romance Capítulo 273

—AeroSat Innovación sí que se ve internacional ahora, el lugar está hasta el tope de gente, pero eso no significa que puedan mantenerse así para siempre.

Gabriel la miró, con una sonrisa apenas disimulada en los labios.

—Tú que trabajas en este sector, deberías saber lo que representa que este proyecto se haya completado.

Eso marcaba un antes y un después. Un auténtico hito.

Camelia se puso de pie, sacudiendo el polvo invisible de su falda.

—Los récords están para romperse. Nadie se queda en la cima eternamente.

Bajó la mirada, fijándose en Irene.

—Sobre todo cuando esa cima no tiene nada que ver con algunas personas.

Todo el mundo sabía que ese proyecto había salido adelante gracias a Gabriel y el equipo técnico de AeroSat Innovación.

Irene, la verdad, solo se había sumado a medio camino, haciendo tareas menores.

Digamos que el reconocimiento que obtuvo era más apariencia que mérito.

Camelia cruzó los brazos, retadora.

—Yo también estuve hoy en AeroSat Innovación, viví el ambiente de trabajo y, parece que la señorita Casas no tiene a todos de su lado. Tus empleados no te respetan mucho que digamos.

—¿Ah, sí? —Irene dejó los cubiertos, levantando la vista con un tono entre indiferente y cortante—. Aunque no me soporten, eso no te incumbe. Si te da envidia, pues ni modo, solo puedes mirar desde afuera.

Sus palabras fueron como una cachetada para Camelia, quien no supo cómo responder.

El mensaje era claro: ni siquiera eras bienvenida en la entrada de AeroSat Innovación.

De pronto, la asistente de Camelia irrumpió con prisas, el ceño fruncido y preocupación en el rostro.

—Pasó algo grave.

Camelia la miró, impasible, sin perder la compostura.

—¿Qué puede haber pasado? Habla bien.

—Ya te lo he dicho varias veces: cuida tu imagen en la empresa, mantén la calma.

Armando también se giró hacia la asistente, arrugando la frente.

—¿Qué sucede?

La asistente titubeó, como si dudara en hablar.

—Habla ya —apremió Camelia, con poca paciencia.

—El pedido de la presidenta Torres… después de iniciar la producción, surgieron problemas con los materiales.

Por un instante se hizo un silencio pesado.

Camelia y Armando palidecieron de inmediato.