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Tú decidiste Rechazarme romance Capítulo 27

(...)

Actualidad…

Samara Pov:

Desperté con un pequeño dolor en la espalda. Abro los ojos y veo que no me encuentro en mi habitación.

- Al fin despiertas, bella durmiente- me dijo una voz femenina, me incorporo y volteo a ver a la dueña de esa voz.

Al parecer no pasó mucho ya que sigue con el mismo vestido.

- ¿Cuánto tiempo me quede dormida? - pregunte.

- Solo una hora- me dijo sentándose en ese pequeño sillón.

- Borraste mis recuerdos de...- juro que lo tenía en la punta de la lengua, bueno no sé quién es, pero recuerdo que había alguien... solo que no lo recuerdo quién... - Ya no me acuerdo quién era.

- Solo los tome, cariño, no te harán falta ¿Verdad? - pregunto divertida.

Me sentí un poco mareada, me paré como pude y volteo hacia donde se encontraba para mirarla.

- Es momento de irme- le dije firme y ignorando su pregunta, no sabia que responder.

- Fue un placer negocios con usted princesa- me dijo parándose también de su asiento.

- Como digas- digo algo molesta, sin pensarlo mucho salgo de esa habitación y cojo el frasco con su sangre de su escritorio- todo lo hago por ti Mary- dije más para mí misma mirando el frasco.

Salí lo más rápido que pude de la casa de aquella bruja. Ya unos cuantos kilómetros lejos de Kalipso dejo de correr y empecé a caminar, necesitaba pensar.

Como quisiera recordar su nombre, como era él, como era su voz, o, aunque sea el color de su piel. Me recuesto al pie de un gran pino y me deslizo hasta llegar al suelo.

- Tal vez fue lo mejor para mí, olvidar quien era él, para así superarlo sin problemas; porque, cómo pensar en alguien que no recuerdas ¿Verdad? - dije dejando que una lagrima se deslizara de mi mejilla.

(...)

Desde donde me encuentro puedo ver la mansión.

Demore al rededor de 2 horas caminando a paso lento, necesitaba tiempo para pensar.

Al acercarme, lo suficiente, veo que todos los guardias están dispersos entre si mientras buscan desesperadamente.

¿Por qué están actuando así?

Los miro extrañada y sigo caminando; cuando pisó el césped del patio dejo de esconder mi olor. Todos voltean a verme, apenas deje de esconder mi olor. Los guardias corren hacia mí salen. Al llegar a mí me rodearon haciendo un círculo a mi alrededor.

- Princesa Samara- dijo Kian abriéndose paso entre los guardias que me rodeaban- ¿Donde estaba metida? Nos tenía preocupados, la hemos buscado por horas.

Miro a mi alrededor; las caras de alivio que tienen mis guardias son notables.

Dirijo mi mirada a Kian, su cara reflejaba tres cosas: molestia, preocupación y alivio.

Tome aire y me pare firme.

- Estuve ocupada, pero lo importante es que estoy aquí, en una sola pieza- respondí sin titubear.

- Sabe muy bien que no puede salir sin una escolta- me respondió Kian, en un tono autoritario, como si de un padre reprendiendo a su hijo se tratase.

- Si iba con una no podrían seguirme el paso- dije algo molesta y me abrí pasó entre los guardias para llegar a la mansión de una vez por todas.

Cuando entre escucho unas pisadas que bajan por la escalera. Miro hacia la dirección de aquel ruido y mis ojos se encuentran con Mary Anne.

- ¿Samara eres tú? - preguntó.

- Si, Mary, soy yo- le dije y subí rápido las escaleras para ayudarla a terminar de bajar.

- Al fin llegaste, saliste hace muchas horas- dijo apenas llegue a su lado, se abrazo a mi cintura- Todos empezaron a preocuparse, te buscaron por toda la casa, estaban muertos de miedo, no sabíamos dónde estabas, teníamos miedo de que te hubiera sucedido algo- me dijo abrazándome fuertemente.

- No te preocupes, ya estoy aquí, nada malo pasara ¿Esta bien? - bajamos juntas las escaleras.

La lleve hasta la sala y nos sentamos en el sillón.

- Temí que algo malo te había pasado, tenía miedo de perderte, eres lo único que me queda- me dijo entre sollozos- No se que seria de mí si tu no estuvieras.

La mire y tenía la cara empapada de lagrimas. La abrace más fuerte y la aferre contra mi pecho.

- Prometo que no te dejaré sola- le dije y le di un beso en su cabeza, intentando tranquilizarla.

- ¿A donde fuiste? - me pregunto todavía preocupada.

- A conseguir algo que me ayudara para volverte feliz- le dije con una sonrisa.

- Con tal de que tu este conmigo yo soy feliz- me dijo.

- No te preocupes, hermosa, yo siempre estaré contigo.

Yo cumplo mis promesas, siempre lo he hecho.

(...)

- Pásame el agua de Luna- dije mientras movía el interior de la olla.

- Aquí esta, toma- me dijo Cass. Agarre el frasco de entre sus manos.

- A veces discutimos- dijo haciendo una mueca.

- Lo típico en cualquier relación, pero siempre terminan arreglando sus diferencias ¿Y quieres saber por qué? - me miró pensativa, así que sin esperar su respuesta continúe- Por qué se aman, él es tu alma gemela, no pienses cosas incoherentes; tú lo amas, él te ama, eso es lo único que importa. Así que cambia esa cara de culo ¿Okey? - ella me miro seria.

- No me digas cara de culo- me dijo.

- Si no quieres que te lo diga entonces deja de hacer cara de culo- puse mis manos en mis caderas.

Ella empezó a reír al verme.

- ¿Alguna vez te dije que te amo? - me pregunto con una sonrisa.

- Si, pero es bueno escucharlo de vez en cuando- le respondí algo burlona.

- Te amo, estúpida- y me abrazo.

Le correspondí el abrazo.

- Yo también te amo, babosa enamorada.

(...)

- Quiero que abras bien los ojos- le ordene a Mary, ella me obedeció, está echada en su cama completamente estirada, agarra su pijama nerviosa- Tranquila, todo saldrá bien.

Ella solo asiente ligeramente con su cabeza.

Suspiro con nerviosismo.

Con el cuentagotas que tengo, en mi mano, lo sumerjo en el frasco con la poción.

Lo lleno por completo y lo saco; me acerco a los ojos de Mary. Está temblando de los nervios.

Le echo siete gotas a cada ojo como decía en el libro.

- Ahora cierra los ojos- ella obedeció.

Ella cerró los ojos fuertemente.

- Dice que debes de esperar hasta después de 7 horas- le dije acomodando la cama- Lo mejor será de que duermas de una vez, no abras tus ojos- la tape bien- Volveré mañana temprano, descansa.

- Gracias- me dijo sin abrir los ojos- Gracias por cuidarme.

Sonreí y le di un beso en su frente. Acomodé la silla de su escritorio y salí de su habitación cerrando la puerta detrás de mí.

Espero que funcione... Tiene que funcionar.

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