Tú decidiste Rechazarme romance Capítulo 9

- Disculpen a mi hija, ha estado en unos días muy...difíciles- dijo mi madre y yo la miro ofendida, mi madre ni siquiera se inmuto ante mi mirada y siguió como si nada- Pase por favor, Alfa Tadeo.

Miré al Alfa Tadeo, me puse a un lado para darles espacio para que pudieran entrar.

- Un gusto conocerla princesa- dijo el haciendo una reverencia.

- El gusto es mío- dije imitándolo.

Que gran vergüenza acababa de pasar, puedo jurar que mis mejillas están rojas ya que puedo sentir el calor de estas. Bajo la mirada ligeramente.

Mi madre fue la primera en pasar, siendo el Alfa Tadeo quien la imito; dejándome a mí y al personaje que tome en segundo plano, durante el bochornoso momento, cara a cara; entonces levante la mirada para verlo bien.

Y en la puerta estaba él, frente a mí. Nos quedamos mirando un rato, él me miró extrañado y confundido.

“¿Por qué no me dijiste que eras la princesa?” la pregunta era clara en su mirada.

Yo sonreí de lado y le di una mirada inocente; me encogí de hombros y él negó lentamente también vacilando vagamente una sonrisa.

Luego empezó a reír levemente mientras seguía negando con la cabeza, yo sonreí.

Me hizo una seña con la cabeza en dirección hacia adentro de la oficina.

Asiento y nos dirigimos con mi madre. Jackson y quien ahora se, es su padre, se sientan al frente de donde se sentó mi madre.

Yo camino hasta al lado de donde está sentada mi madre y me quedo parada a su lado.

Entonces mi madre con una sonrisa sin mostrar sus dientes, los miro y empezó a hablar, con esa naturalidad que la caracteriza.

- Los he citado aquí para un asunto muy importante; el Alfa Tadeo y yo hemos hablado y me he dado cuenta de que Jackson es uno de los Alfas más fuertes del mundo- mi vista viaja hacia Jackson, él sonrió por el elogio sacando pecho ante tal reconocimiento- Blue Moon es una de las manadas más poderosas y antiguas que hay- veo al Alfa Tadeo, el cual sonríe orgulloso; volteo a mirar a mi madre, ella tiene sus manos sobre el escritorio- Y como ya saben necesitamos un buen rey para gobernar junto a mi hija- dijo mi madre mirándome, luego su mirada se dirigió hacia Jakcson; yo también dirijo mi mirada hacia Jackson- Por esa misma razón hemos decidido que tú, Jackson Blue, eres el candidato perfecto e ideal para ser el futuro rey y esposo de Samara, mi hija- muy en el fondo de mí sentí algo raro, baje la mirada hacia mis manos, me sentía feliz.

Tal vez mi matrimonio no sea tan malo, congenio mucho con él y es atractivo, me gusta su forma de pensar y de ver las cosas.

Sonrío y dejo de mirar mis manos para ver a quien será mi esposo.

Mire a Jackson, estaba petrificado, confundido y desencajado ante lo que mi madre le había dicho.

- ¿Esposo? - trago en seco, entonces su postura cambio- No, lo siento mucho Diosa mía, pero no puedo- dijo él firme.

Sentí que algo en mí se rompió, que horror; me sentí enrojecer de nuevo.

Mire a mi madre, ella lo estaba mirando sorprendida, miro al Alfa Tadeo y lo estaba mirando igual que mi madre.

- ¿Disculpa? - dijo mi madre confundida por lo que estaba pasando, pero también se le notaba ligeramente molesta y ofendida.

- Lo lamento Diosa Luna, pero...- hizo una pausa, al verlo me di cuenta de que buscaba las palabras correctas, para no ofender a mi madre- No puedo casarme si no es mi mate- dijo mirando a mi madre, luego su vista se dirigió a mí- En verdad lo siento, pero yo necesito a mi complemento- dijo, se paró de su asiento para darse vuelta y dirigirse a la salida.

Mi madre se paró con rapidez.

- Alto- le dijo mi madre, él volteo a mirarla- Sé que no te gusta la idea, pero...- mi madre miro para donde estaba el padre de Jackson- Pero... mínimo quiero que se conozcan.

¿Que? ¿Por qué?

Miro a mi madre con confusión y molestia.

Literalmente me había rechazado, siendo yo una princesa poderosa que lo podía hacer rey; todos se pelean por tener la posición en la que él esta, y me rechazo.

- ¿Conocernos? - pregunte extrañada.

¿Acaso no puedo escoger entre el resto de Alfas que mueren por casarse conmigo? ¿Por qué insistir con él?

- Los dejaremos en paz, si... van juntos al baile de graduación de Samara que será el viernes, solo eso- dijo mi madre.

- Disculpe Diosa Luna, pero creo que...- dijo Jackson, pero mi madre lo interrumpió.

- No sucede nada- mentí y le sonrió lo más natural posible.

- Está bien, en verdad queremos que estés abajo con nosotros. ¿Segura que no quieres? - me pregunta sentándose en el filo de mi cama.

- No tengo ganas, pero gracias- le respondí.

No le estoy mintiendo, no tengo ganas de verle la cara a Jackson después del desplante que me hizo. Además, nadie lo sabe excepto nosotros, pero de todas formas será incómodo.

- Está bien - dijo algo triste por mi respuesta, se levantó- Hasta mañana loca- me dijo dándome un corto abraza.

- Hasta mañana enana- le dije terminando el abrazo.

Salió de mi habitación.

Ya estaba en mi pijama así que simplemente abrí las sabanas de mi cama para poderme echar y cubrirme después con las mismas.

Poco a poco me nublé de mis pensamientos y caí en un profundo sueño.

(...)

Omnisciente pov:

Ya eran alrededor de las 3 de la mañana y en la mansión una figura se trasladaba de cuarto en cuarto. En busca de algo o alguien en específico. La mayoría de los Alfas estaban dormidos en el salón de juegos del sótano. Pero uno de ellos buscaba con desesperación el cuarto de aquella licántropa que le había fascinado desde que la conoció.

Llegó a la gran puerta de madera blanca. Al llegar la abrió delicadamente para no hacer ruido. Al entrar cerró la puerta de la misma forma, camino hacia la parte de arriba donde se encontraba la cama de aquella chica de ojos azules como el mar en invierno. Él se acercó y la miro detenidamente mientras ella dormía plácidamente.

- En verdad me hubiera encantado ser tu esposo, pero yo no puedo hacerle eso a mí mate- le dijo él mirándola con ternura.

Se sentó en la cama sin quitar los ojos de aquella hermosa chica.

- ¿Por qué provocas esto en mí? - le dijo mientras se acercaba peligrosamente a la cara de la chica - Si tan solo…- él cerro los ojos, estaba cortando el espacio que separaba sus labios de los suyos labios.