UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 121

Resumo de Capítulo 0121: UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Resumo de Capítulo 0121 – Uma virada em UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres

Capítulo 0121 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de UN BEBÉ PARA NAVIDAD, escrito por Day Torres. Com traços marcantes da literatura Romántica, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

La gente encubierta y los espías solo tienen una regla: "Prepárate para todo" . En cualquier momento, en cualquier lugar, asegúrate de estar listo.

Y Zack lo estaba.

Cuando una de las camionetas los adelantó, cortándole el camino, ya estaba muy seguro de lo que venía.

—Quédate aquí —le ordenó a Gazca mientras él se bajaba de su camioneta.

Dos hombres se bajaron de cada auto y él le dio la vuelta al suyo para apoyarse en el capó. Casi sonrió cuando vio que le abrían la puerta a Mason y el tipo se bajaba como si fuera un rey feudal, de traje y corbata y muy seguro de sí mismo.

—¿Qué quieres además de pasearte como un pavo real y ladrar como el perro que eres? —espetó Zack son contenerse.

Mason encajó la ofensa y levantó la barbilla con un gesto desafiante.

—Quería saber si tu supuesto amor por Andy no alcanzaba para quedarte. Pero me dijeron que saliste huyendo hace dos días y veo que estás haciendo lo mismo ahora —se rio Mason.

—Bueno... algo tengo que hacer para resolver la mierd@ en la que nos metiste. Ya Andrea me dijo que intentabas incriminarme a mí metiendo esa droga en mi auto, el problema es que no te salió bien el plan, y la que acabó en la cárcel fue ella —replicó Zack.

—¡Pero al final obtuve lo que quería! —le espetó Mason con desprecio.

—No te engañes, lo que querías era que yo fuera a la cárcel para que Andrea quedara desprotegida, incluso fuiste a amenazarme para que me inculpara. ¿no es cierto? —replicó Zack con sorna—. ¡Y ni siquiera eso conseguiste!

—¡Pues me da igual quién haya caído preso, si ella o tú! ¡Igual logré separarlos! ¡No debiste medirte conmigo! ¡No sabes de lo que soy capaz! —siseó Mason con arrogancia.

Zack se cruzó de brazos y negó mientras sonreía.

—Me pregunto si a tu jefe, el señor Rizzuto, también le parecerá bien que hayas usado dos kilogramos de su producto para una venganza personal —le dijo y al instante lo vio palidecer.

—¡Cállate, no sabes de lo que estás hablando...! —gritó Mason.

—¡Ah! ¡Pero sí que lo sé! —rugió Zack—. ¡Eres un tenientico intermedio en la organización! Vales mientras produzcas y te robaste dos kilogramos de coca para meterlos en mi camioneta e incriminarme. ¿Crees que a tu jefe le hará gracia?

Mason apretó los puños con impotencia.

—No, no podemos hacer eso ahora. Se me rompe el corazón de verla allí, pero si usamos ahora este video y la sacamos de la cárcel, sabes que nada cambiará —replicó él intentando no derrumbarse. Era la decisión más difícil de su vida, dejar a Andrea en la cárcel, pero tenía que hacerlo—. Mason buscará la forma de seguir libre, y seguirá persiguiéndonos. Tengo que acabar con eso de una buena vez.

—Zack... ¿qué vas a hacer? —se preocupó el abogado.

—Lo que tenga que hacer, Gazca, lo que tenga que hacer.

Volver a subirse a aquel avión para abandonar la ciudad fue difícil para él, pero llevaba un objetivo claro y para cuando llegó a Montreal ya el director Hopkins lo estaba esperando en un hotel.

Le pusieron los micrófonos, le explicaron el plan y lo repasaron decenas de veces.

—¿Tienes alguna duda? —preguntó Hopkins.

—¿Andrea? ¿Cuándo vas a sacarla? —preguntó Zack.

—Si algo te pasa, saldrá de inmediato como testigo protegido —le aseguró Jhon—. Si no te pasa nada, completaremos el plan para que todo siga su curso. ¿Estás de acuerdo?

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