UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 132

—¡Oye, nada de esto fue tu culpa! —murmuró Andrea quitándole la ropa despacio y recorriendo su piel con el dorso de los dedos con suavidad—. Nos salvaste de un infierno, a las dos. Deberías estar orgulloso de eso.

¿Pero cómo iba a estarlo si había pagado por la muerte de un hombre?

Zack cerró los ojos mientras Andrea lo arrastraba dentro del jacuzzi y lo hcía sumergirse dentro del agua caliente.

—Lo siento... —murmuró él y Andrea pudo ver toda aquella tormenta de culpa en sus ojos—. Andrea lo que hice...

Pero ella no lo dejó terminar. Pegó su cuerpo al suyo y sus bocas se encontraron en un beso impaciente y hambriento. Zack no quería pensar y Andrea no quería que pensara, así que lo mejor era sentir para olvidarlo todo. Si por unos minutos podían dejar atrás todo el dolor entonces eso era lo mejor para los dos.

Andrea enredó las manos alrededor de su cuello para atraerlo y Zack sintió su cuerpo pequeño y vibrante pegándose al suyo.

—Te deseo —susurró.

Zack la alzó para sentarla a horcajadas sobre él y se dejó llevar por aquel beso húmedo y demandante. Quería hacerle el amor como jamás se lo había hecho, sin que nada importara. Sus manos acariciaron su piel, haciéndola estremecerse por la anticipación mientras aquella erección se perfilaba poderosamente contra su sexo.

—Te sientes tan bien —murmuró él en el hueco de su cuello.

Ella gimió en respuesta, sus palabras la hicieron desear más.

—Te extrañé... —exhaló anhelante—. Bésame, tócame...

—Yo también te extrañé, siento que he estado perdiéndome sin ti —respiró Zack contra sus labios.

Él tenía algo, no sabía qué, pero sabía que lo prefería fuera de él.

—¡Más! —suplicó porque ella también necesitaba sacarse el miedo de las últimas semanas.

Zack gruñó su conformidad mientras se movía dentro de ella con fuerza, presionando sus caderas contra las suyas hasta que llegaron al límite. Sus labios eran una tela de murmullos y gemidos mezclados mientras sus pieles se rociaban con el sudor del deseo y la necesidad. Sentir la fuerza y el calor de Zack era algo que ella saboreaba por completo, entregándose para que él se sintiera dueño de su cuerpo y de su alma porque realmente se los había ganado los dos.

Zack besaba a Andrea salvajemente, con toda la emoción contenida dentro de él mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

La llevó al límite de lo insoportable hasta que ella perdió el control y gimiendo alcanzaron juntos el clímax, pero él ni siquiera le permitió disfrutarlo, un segundo después salía de ella y le daba la vuelta para pegar el pecho a su espalda.

—¿Todavía quieres más?