UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 138

Resumo de Capítulo 0138: UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Resumo do capítulo Capítulo 0138 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.

Andrea sabía que en cierta forma él estaba destrozado, y no era bueno que se negara a hablar con un profesional al respecto, pero finalmente decidió no presionarlo.

Cuatro días después, sin embargo, aquella pequeña burbuja de tranquilidad estalló con una sola llamada.

—¿Gazca? ¿Qué pasó? ¿Está todo bien? —preguntó él al ver la hora a la que el hombre lo llamaba.

—Sí, todo está bien, pero llamo para avisarte de dos cosas importantes —le dijo el abogado—. La primera es que la documentación oficial de la niña ya salió, puedo enviártela por paquetería oficial.

—Esa es una buena noticia —suspiró Zack—. ¿Cuál es la otra?

—La corte me concedió la cita para ver el cadáver de Mason, estoy en Montreal para eso.

—¿Ya lo viste? —preguntó Zack mientras su corazón daba un salto.

—No, apenas la conseguí pero no la he agendado. Te llamo porque pronto el cuerpo dejará de ser objeto de investigación y lo enterrarán —le dijo Gazca—. Si quieres convencerte de que de verdad está muerto, puedes venir a la vista conmigo.

Zack se quedó un momento pensando, tratando de calmar los latidos acelerados de su corazón mientras tragaba saliva con dificultad. Sabía que debía ir, tenía que hacerlo para cerrar aquel trágico círculo de pesadillas.

—Está bien, nos vemos en Montreal —dijo él sin pensarlo dos veces.

Zack se preparó apresuradamente mientras Andrea observaba confundida cómo él hacía una pequeña maleta.

—¿A dónde vas? —le preguntó.

—Voy a Canadá. Gazca me avisó que ya están listos los documentos originales de Andrea y es mejor si los recojo personalmente —dijo acercándose a ella para besarla, pero omitió el motivo verdadero del viaje—. No queremos que nuestra niña corra riesgos, ¿verdad?

—Y yo no quiero que tú corras riesgos —sentenció Andrea.

—Y no correré ninguno. Ni siquiera me bajaré del avión si no es necesario —replicó él.

Andrea respiró profundo, pero accedió. Sabía que Zack necesitaba su espacio últimamente, aunque este fuera encima de un avión. Se despidió de él media hora después y en poco tiempo ya estaba volando.

Era una visión horrible, el cadáver tenía cada rasgo deformado. El rostro tenía una expresión de terror, los labios desgarrados en un último grito y los ojos abiertos mirando al techo cubiertos de una capa gris, como una estatua mal hecha. La carne se veía como roída y la piel estaba cubierta de restos de cemento y sangre. Sus manos y pies estaban rígidos en posiciones antinaturales. "Por estar atado", había dicho el forense en cierto punto.

El cadáver despedía un olor nauseabundo y fétido a descomposición que envolvió el lugar. Una mezcla de podredumbre, capaz de atrapar la imaginación de cualquiera. Se veía músculo y piel, pero también pelo y hueso.

—¿Cómo...? —Zack intentó preguntar pero Gazca lo interrumpió.

—No necesitas saber eso.

—Sí, sí tengo que saberlo, ¿cómo murió? —preguntó Zack mientras su palidez se acentuaba.

—Lenta y dolorosamente —respondió el forense—, por sofocación. El cemento entró hasta su esófago y encontramos un poco en sus pulmones. Las vías respiratorias se fueron tapando poco a poco hasta la asfixia... cinco... quizás diez minutos.

Zack sintió que perdía el equilibrio y salió de allí corriendo, solo para volver a vomitar al llegar al pasillo.

Estaba muerto, Mason Lee realmente estaba muerto... pero por desgracia eso no significaba que había dejado de acecharlo.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD