UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 145

Chiara bajó del avión con elegancia, con los ojos brillantes y la cabeza alta. No había ni un solo mechón de su cabello fuera de lugar, ni una sola arruga en su ropa. Jhon, por otro lado, se apoyó en la puerta de aquel avión como si le hubiera pasado un tornado por encima, con la corbata torcida, el pelo revuelto y la cara sonrojada como si le hubieran dado un par de buenas bofetadas. Estaba más que claro quién se le había trepado a quién... y que no había precisamente él el que había ganado aquel asalto.

Pero apenas tuvo tiempo de asimilar lo que acababa de pasarle antes de que su teléfono comenzara a sonar en su bolsillo. Se detuvo un momento y se dio cuenta de que el mensaje era de uno de sus muchachos del equipo tecnológico. Le daba la información que necesitaba sobre dónde podría estar Zack.

Rápidamente miró a Chiara, que asintió con la cabeza como si hubiera estado esperando esa información. Sin mediar palabra, se dirigieron al aparcamiento. Los dos se movieron con rapidez, y enseguida encontraron un auto esperando por ellos.

—Tengo una dirección. Emil Ambasi tiene su residencia a un par de horas de aquí. Llegaremos lo antes posible —dijo Jhon.

Ni siquiera la vio inmutarse por la velocidad que tomó el coche mientras él conducía, y sonrió de medio lado dándose cuenta de que se había tropezado con horma sádica y coqueta de su zapato. Pero en aquel momento debían concentrarse en algo más.

No tardaron mucho en llegar al lugar indicado y en la pequeña aldea casi todos salieron a ver qué sucedía, incluido Zack, que se quedó petrificado al ver a su hermana acompañada de Jhon Hopkins.

El miedo se apoderó de su corazón cuando Chiara le informó de que Andrea estaba gravemente enferma.

—Jhoan me ayudó a encontrarte porque nos cansamos de llamarte y... bueno obvio que no tenías cobertura —le dijo Chiara—. Pero tenemos que volver de inmediato, el médico necesita autorización tuya para pasarle un tratamiento más fuerte.

—¿Qué tratamiento? —preguntó Zack, confundido.

—Zack... Andrea está embarazada —le informó Chiara y lo vio palidecer en un segundo—. El médico dice que los antibióticos que necesita no son... compatibles con la vida del embrión.

Zack se quedó en shock; juntando todos los pedazos de información mientras recordaba aquella fiebre de Andrea en el avión. Había estado enferma todo ese tiempo sin que ellos lo supieran y encima estaba... embarazada. Esa última noticia fue como un puñetazo en el vientre para él. ¡Maldición solo se había ido una semana! ¿¡Cómo podían torcerse tanto las cosas en una semana!?

—¡Por Dios! ¿Cómo pudo pasar esto? —preguntó Zack con los ojos llenos de lágrimas.

Jhon le dio una palmada tranquilizadora en el hombro y dijo:

—Lo que pasa en el avión, cariño, se queda en el avión —dijo devolviendo la tarjeta a su bolsillo—. No te voy a llamar.

Jhon se mordió los labios con una frustración y un deseo que no había sentido en años.

—¿Sí eres consciente de que tengo autoridad como para poner un satélite de vigilancia justo sobre tu casa? —la amenazó con tono ronco.

—Pues avísame cuando lo hagas, para hacerte topless en el tejado, y así me ve todo tu equipo de vigilancia —sonrió Chiara dejándole un beso coqueto en la comisura de los labios.

Se bajó del avión para ir a buscar su propio auto y Jhon suspiró cuando la vio perderse velozmente por la carretera.

—¡Listo, ya me enamoré! —sentenció—. No me conocía la vena masoquista pero es obvio que tengo una... sí, tengo una.