UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 152

UN BEBÉ PARA NAVIDAD Capítulo 0152 por Internet

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Capítulo 0152

—Bien... —suspiró ella intentando no denotar el alivio que sentía con esa respuesta—. Tu mamá cocinó mucho. ¿Te quedas a comer?

—Solo si hay helado de postre.

—Y tú friegas los platos.

—Hecho —sonrió Zack.

Se dieron las manos como si se tratara de un negocio, pero ninguno de los dos pudo evitar que aquel escalofrío los recorriera. Aquella tensión, aquel deseo, eso jamás podría desaparecer entre ellos, pero Andrea necesitaba más y él tenía que estar dispuesto a dárselo.

Cenaron en paz y armonía, y por mucho que a Zack le costó, cuando el reloj dio las diez, se despidió con un beso y se dirigió a la puerta. Era una tortura dormir sin Andrea, pero era una tortura necesaria.

Al día siguiente bien temprano fue al centro de la ciudad a comprarle el desayuno a Andrea en su cafetería favorita, cuando un anuncio le llamó la atención. Tomó el aviso de renta y salió a la calle, buscando con la mirada aquel edificio, luego llamó al número que aparecía y poco tiempo después concretaba la mejor transacción de su año.

—Ben —dijo en cuanto tuvo los documentos firmados—. Necesito que me hagas un favor.

—Tú dirás —respondió su amigo que siempre estaba dispuesto a ayudar.

Zack le contó su plan y le dio dos días para hacerlo efectivo. Mientras, comenzó a visitar otros sitios que tenía previstos y esa tarde llegó a casa de Andrea cargado de bolsas y una propuesta.

—Hola —dijo ella apoyándose en la puerta.

—Hola —murmuró él y se inclinó para darle un beso en la mejilla que le aceleró el corazón a Andrea—. Este... ahora que estoy solo y eso... pues me entretengo viendo el canal de cocina, así que quería ver si me dejas cocinarte.

Andrea levantó una ceja divertida pero terminó asintiendo. Por supuesto que no lo dejaría moer ni una cuchara sin supervisión... y sabía que probablemente los intoxicara, pero era lindo verlo esforzarse.

La cena de Master Chef salió terrible, pero acabar comiendo ramen de emergencia frente a la chimenea fue lo más divertido.

—Pastelito... estuve pensando en algo y quería preguntarte qué crees —dijo él de repente poniéndose serio.

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