Resumo do capítulo Capítulo 0153 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD
Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
A las nueve en punto de la mañana las dos estaban listas. Zack les abrió la puerta del coche y enseguida acomodaron a la bebé en su sillita. Pasaron a dejarla con los abuelos y era épica la sonrisa de Adriana apenas estuvo en los brazos del señor Nikola.
Se despidieron y comenzaron su recorrido por algunas guarderías de la ciudad. Zack estaba de un inquieto muy gracioso. Seguía siendo el empresario duro en su corpachón de uno noventa, pero parecía que le salían estrellitas de los ojos cuando se giraba hacia ella y le preguntaba:
—¿Crees que esta le guste a Adriana?
En cierto punto, no supo cuándo, Andrea se encontró caminando de la mano con él por los sitios a los que iban.
Cuando llegaron a la siguiente guardería, sus miradas se iluminaron al momento de observar el entorno; había un sinfín de colores brillantes, pequeños jardines con animales juguetones correteando por todos lados e incluso un rincón para leer historias a los más pequeñitos. Tenía justo aquel ambiente de amor y cuidado que buscaban para su bebé.
—Esta es mi favorita —dijo Zack mientras la directora les mostraba la guardería—. Además está un par de calles del centro de la ciudad, muy cerca de nuestra cafetería favorita.
Pero eso no era lo único que estaba cerca, pero eso también era una sorpresa y no para ese día, sino para cuando Andrea estuviera más recuperada.
Pasaron la mañana valorando sus opciones y ella sonrió al ver que él se auto invitaba a la decisión final.
—Baby Sunshine es la mejor, no puedes negarlo —sonrió moviendo el tríptico de la guardería frente a ella mientras tomaban un café.
—Tienes razón, me encanta. Creo que Adriana estará muy feliz ahí —admitió Andrea.
—Entonces... ¿te parece bien si mamá y papá van a hacer la inscripción hoy mismo? —preguntó haciéndole ojitos y ella se mordió el labio inferior para ocultar la sonrisa.
—Sí… claro, podemos ir —accedió y ese mismo día dejaron todo listo para que Adriana pudiera entrar a una guardería y Andrea solo observó atentamente mientras Zack se adueñaba del proceso.
Formularios, pagos, seguros, uniformes, e incluso la planilla de alergias. De todo se ocupó él y donde quiera que decía “Nombre Paterno” ahí iba poniendo su firma. Cuando terminaron la nueva maestra de Adriana les entregó una lista de todo lo que necesitaban y Zack iba de tienda en tienda como un niño en cumpleaños.
—¿Puedes creerlo? ¡Usan mameluquitos de uniforme! —exclamó él mostrándole el de color rosa que le habían pedido—. ¿Te imaginas? ¿Lo linda que se va a ver nuestra nena con uno de estos?
El reglamento decía que debían llevar tres de repuesto a la guardería por si había que cambiarla, y Andrea puso los ojos en blanco cuando lo vio salir de la tienda.
Para su sorpresa estaban pasando una tarde muy animada. Las gemelas debían regresar a Zúrich al día siguiente y habían decidido despedirlas con una cena familiar.
—Por favor, Andrea, tienes que quedarte —le pidió Nikola con tanta amabilidad que era imposible rechazarlo.
—Exacto, además Chiara y yo no vamos a dormir solo para poder pasar tiempo con nuestra princesita infernal, así que por favor quédate. ¿Sí? —le pidió Noémi y Andrea terminó cediendo.
—Está bien, yo me quedo... y tú de nuevo al sofá —murmuró mirando a Zack.
—¡Pues ya está, mañana me compro un perro, por lo menos él tendrá casa en la que pueda dormir cada vez que me eches! —gruñó Zack haciéndose el ofendido pero en cuanto se dio la vuelta se echó a reír emocionado porque ella iba a quedarse.
Pasaron una tarde hermosa y los chicos se dedicaron a hacer un asado en la terraza. Adriana era el centro de toda la atención y estaba más que feliz.
—Hiciste bien, ya necesitaba su buena patadita en el trasero. —Andrea escuchó aquella voz risueña y se giró hacia Luana, que le puso una taza de chocolate en las manos—. Es mi hijo y lo adoro, pero para que pueda ser feliz tiene que aprender que alejarse de los problemas no siempre es la mejor opción.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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