UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 160

—¿Qué fue lo que pasó, Selina? ¡Tienes que decirme! ¿Qué le paso a Danna? —le suplicó.

—Mira... la verdad es que no sabemos. La madre de Danna la obligó a seguir con las prácticas y le aseguró al entrenador que ya tenía una fecha para solucionar eso —respondió la muchacha con nerviosismo—. Pero en uno de los entrenamientos... bueno... el entrenador la obligó a hacer un axel, es uno de los saltos más difíciles... y Danna se cayó.

Loan apretó los labios mientras se cubría la boca con las manos.

—¿Perdió...? ¿Perdió al bebé? —preguntó con desesperación.

—La verdad no lo sabemos. Se la llevaron al hospital porque estaba sangrando mucho... y Danna ya no regresó. Intentamos localizarla, pero su madre tampoco volvió por el rink nunca más.

Loan se quedó en silencio, intuyendo lo que había pasado. No quería pensar en lo peor, pero no sentía muchas esperanzas después de escuchar aquello. Aun así tenía que cerciorarse.

—¿Y sabes dónde vive ahora? ¿Tienes alguna información sobre ella para poder encontrarla? —le preguntó esperando que Selina tuviera algo para él.

—Bueno... a lo mejor sí sé algo que pueda servirte.

Loan sacó su celular con desesperación y le pidió a Selina que le escribiera todo lo que sabía sobre Danna, su dirección, teléfono, todo.

Desafortunadamente la única cosa que Selina sabía era que Danna vivía en una ciudad a media hora de distancia de su rink en Escocia, le dio su antiguo teléfono que no estaba funcionando ya y los nombres de una tienda de jugos que siempre compraba.

Aunque no era mucha información, para Loan ya era como si tuviera un mapa entre sus manos.

Se despidieron de la muchacha, agradeciéndole y salieron de aquel rink.

—Tengo que ir a buscarla —murmuró—. Tengo que saber lo que le pasó. A lo mejor el bebé no era mío, o a lo mejor lo perdió, pero Danna... no puedo quedarme sin saber qué le pasó. No me quedaría tranquilo el resto de mi vida.

Zack y Andrea comprendían perfectamente, así que le desearon lo mejor y se despidieron de él una hora después mientras abandonaba el hotel.

Ella la abrió sorprendida y dentro encontró el hermoso dije de un corazón con dos cadenitas. El dije se desmontaba en dos, un corazón más grande y otro más pequeño, uno para ella y otro para Adriana.

—Te amo —le dijo Zack mirándola a los ojos mientras abrazaba a la bebé—. Las amo a las dos con todo mi corazón. Espero que cada vez que los mires recuerdes este tiempo que pasamos juntos.

Andrea se aguantó las ganas de llorar, porque realmente estaba muy feliz, y dejó que Zack les colocara las cadenitas.

—Nosotras también te amamos —respondió ella—. Y te amamos para siempre.

Zack la besó en los labios con ternura... y ninguno de los dos imaginaba cuánto se iba a poner a prueba ese amor en las siguientes semanas.