UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 161

Hacer crecer aquella pequeña oficina era muy sencillo desde el momento en punto en que llevaba el nombre de Nexa Sport Representation. Muy pronto comenzaron a llenarse las oficinas, a llegar los deportistas y a conseguir contratos con las principales agencias publicitarias del país.

Andrea se encargaba del orden en general, mientras que Zack se ocupaba de entrenar al equipo de representantes deportivos.

Él pasaba por ellas cada mañana para llevar a Adriana a la guardería, y cada noche tenía que hacer un esfuerzo ímprobo para separar sus labios de los de Andrea y regresarse a la casa de su madre.

—¿Has sabido algo de Loan? —le preguntó ella con preocupación casi una semana después de su regreso de París.

—Solo lo que ha sabíamos: no encontró a Danna en su ciudad y siguió buscando. La madre de la chica casi casi le echó los perros, pero él no se va a dar por vencido —murmuró Zack.

Espero que la encuentre pronto —dijo Andrea, sintiéndose triste y preocupada por él.

Zack la vio suspirar. Estaban pasando por tiempos difíciles, pero sabía que Loan tenía el apoyo de la familia y lograría encontrar a Danna. Le acarició el hombro afectuosamente y ella se sintió consentida.

—Tengo una idea —dijo él—. ¿Por qué no salimos esta noche? Podríamos dejar de hablar sobre todo lo que nos preocupa y solo... pasar el rato.

Andrea sonrió. Estaba claro lo que Zack quería decir con aquello: quería salir a cenar en plan romántico.

—¿Me estás pidiendo una cita? —le preguntó con un guiño coqueto.

—Una cita, una cena, una noche... lo que quieras darme... pero hay cosas de las que quiero hablarte y son importantes —dijo Zack inclinándose para besarla.

A Andrea se le iluminaron los ojos de emoción cuando comprendió lo que Zack estaba sugiriendo. Asintió con la cabeza, aceptando la invitación como un plan especial para aquella noche y apenas llegó a la casa buscó su vestido favorito.

Le dio de cenar a Adriana y la puso en las manos de Milo que llegó a buscarla por órdenes de los abuelos.

Andrea terminó de arreglarse y no pudo contener su emoción mientras esperaba a Zack. Sabía que con todo aquello estaban forjando poco a poco un lazo entre ellos, algo profundo y que de verdad necesitaban.

—Me desheredó oficialmente —dijo Zack aguantándose la sonrisa—. Toda mi parte de la herencia pasará íntegramente a Adriana.

—¿¡Quéeee...!?

—Y más vale que no te atrevas a llevarle la contraria o te desheredará a ti también —rio él.

—¡Zack, no puede ser verdad!... ¡Nosotras no queremos nada de...! —exclamó Andrea pero Zack tiró de su mano y la sacó de su silla, haciéndola sentarse sobre él.

—Esto no se trata de lo que nosotros queremos. Ustedes son nuestra familia y mi padre las adora —le explicó—. Tal como van las cosas tendré que pedirle tu mano a mi propio padre, así que déjalo ser feliz y vamos a ser felices nosotros, ¿está bien?

Andrea asintió y lo rodeó con sus brazos, encontrándose con sus labios en un beso perfecto, dulce y tierno que muy pronto fue subiendo de tono. Cenaron en medio de la atmósfera más romántica y luego Zack la llevó a casa.