UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 169

—¡Que no sé nada! ¡Le juro que no sé nada!

A aquella hora la doctora Flynn bebía té con desesperación y negaba bajo la atenta mirada de Andrea.

—¡Es que ni siquiera hago eso! No grabo las sesiones con mis pacientes porque... bueno, algunos son importantes, ya sabe, figuras públicas. As´´i que solo me acostumbré a tomar notas.

Andrea arrugó el ceño. Zack tenía una copia de las grabaciones que le había mandado Giselle, así que no era mentira que los hubieran grabado.

—¿Alguien más tuvo acceso a su consultorio después de que empezó a atender a Zack? —preguntó.

La doctora Flynn negó con la cabeza.

—No, nadie nuevo. —Inclinó la cabeza con un ademán de duda—. Bueno, excepto por los de limpieza, pero esos vienen cada semana para limpiar. No los conozco personalmente, son contratados por el edificio y nunca les presté atención hasta ahora.

Andrea se levantó despacio y comenzó a pasear por el lugar entre susurros ininteligibles. La doctora Flynn seguía observándola; la inquietud era tan clara en su rostro como si estuviera escrita.

De repente sacó su teléfono, tecleó rápidamente y un segundo después se inclinó hacia adelante, mostrándole una foto.

Andrea se inclinó hacia adelante y le preguntó:

—¿Conoce a esta mujer?

Vio a la doctora pasar saliva y lo tomó como un "Sí".

—Es... es mi paciente —murmuró—. Pero no puedo darle sus datos, la confidencialidad médic...

—¡Pues me temo que si no le dijo que su nombre era Giselle y que era la ex de Zack, entonces no es su paciente! —sentenció Andrea.

La doctora Flynn se estremeció al escuchar esas palabras. ¡Giselle! su paciente no se llamaba así.

La doctora se asustó mucho al darse cuenta de que Giselle había usado su consultorio para infiltrarse y, quizás, hasta poner micrófonos para grabar las sesiones con Zack. Estaba claro que necesitaba más información sobre todo aquello.

—¡Vamos al consultorio! ¡Vamos ahora mismo...!

Andrea se dio cuenta de que la doctora realmente se había puesto mal, el corazón le latía con fuerza y que el sudor le helaba la frente.

—Mejor cambie de consultorio, doctora Flynn, esperemos que esas grabaciones puedan recuperarse sin mayor daño para nadie.

Le dio la espalda y salió de allí. Al final no era su culpa, a ella también la habían engañado pero lo principal era recuperar aquellas grabaciones.

Pasó esa noche sin dormir, desesperada, porque no podía creer que aquello estuviera sucediendo. Quien quiera que estuviera escribiendo su destino definitivamente debía ser una creadora sádica y desnaturalizada. Se incorporó en la cama y miró al techo como si pudiera ver a través de él.

—¡Oye, bonita, te estás pasando! —murmuró.

"Ya no te quejes, le doy mis más grandes batallas a mis mejores guerreras".

—¡Pues se me hace que me confundiste con Terminator, a ver si le bajas dos rayitas! —rezongó y se viró de lado para seguir protestando como si de verdad la escritora le fuera a hacer caso.

Al día siguiente en la mañana escuchó que tocaban con fuera a su puerta y solo por si acaso empuñó el paraguas, sin embargo cuando abrió la puerta vio que era Chiara la que había venido a verla.

—¿Es cierto que ya no te vas a casar con tu hermano? —preguntó directamente—. No me mientas. ¿Ya no te vas a casar con él?