Resumo do capítulo Capítulo 0188 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD
Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Loan se sintió vacío cuando Danna salió de sus brazos y lo miró con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Qué haces aquí? —susurró limpiándose la boca—. Teníamos algo casual, pero eso no quiere decir que esté dispuesta a ser la amante del nuevo marido de la doña...
Loan negó con vehemencia mientras reía y lloraba al mismo tiempo.
—¿Estás loca? Acabo de llegar hoy y solo lo hice por ti... ¡Danna, llevo meses buscándote! ¡Meses, desde el campeonato... porque cuando no te vi llegar casi me volví loco y luego...! —Se detuvo para mirarla a los ojos y los suyos se cristalizaron—. Luego me dijeron que habías estado embarazada... luego que habías perdido al bebé y finalmente... ¡Dios, finalmente me dijeron que habías muerto! Pero yo no lo podía creer, no podía creerlo así que seguí buscándote...
Loan no quería ni siquiera pensar, solo quería besarla una vez más. La abrazó fuertemente y la besó con ternura en la mejilla.
—Vine a buscarte. Vine por ti... aunque ni siquiera imaginaba que pudieras estar con gente como esta...
—¿Entonces... tú y la señora Winston...?
—¡Ni muerto y crucificado, Danna, de ninguna manera! —aseguró él estrechándola y Danna suspiró con alivio.
Sus brazos se envolvieron alrededor del cuello de Loan mientras él le devolvía la misma pasión, mostrándole cuanto había deseado aquel beso durante los últimos meses. Aquel fue un beso cargado de añoranza que intensificó los latidos de sus corazones, un beso que les hacía saber lo mucho que necesitaban estar juntos.
Finalmente se separaron para tomar aire, pero sus miradas seguían prendidas la una con la otra. Los dos estaban ahí, solos y a oscuras en aquella casita, compartiendo algo que todavía no sabían que era amor.
—Es mío —dijo él de repente y Danna contuvo el aliento—. El bebé que está en la sala con la otra chica, lo vi esta tarde... Se parece a mí. Es mío ¿verdad?
—Por dios, Loan, mira alrededor. Trabajo prácticamente por techo y comida. Mi hijo duerme conmigo en la misma camita porque no tengo cuna para él. ¿Con qué dinero iba a ir hasta Francia? —dijo ella y Loan se llevó las dos manos a la cabeza sintiendo todo el peso de las circunstancias.
Ella había hecho lo que tenía que hacer para mantenerse viva y para mantener a su hijo. Ahora era su turno de cuidar de ellos.
—Eso se acabó —sentenció con el corazón encogido porque no podía soportar el hecho de que teniendo el dinero que tenía, su hijo ni siquiera tuviera una cuna—. Todo eso se acabó, Danna, yo me voy a ocupar ahora, nada les va a faltar, te lo prometo. Ahora mismo nos vamos a ir de aquí, me los voy a llevar a Suiza y...
—No puedo —lo interrumpió Danna negando y Loan la miró asustado mientras ella lloraba—. ¡Lo siento, pero no me puedo ir de aquí! ¡La señora Winston, ella... ella no me dejará irme!
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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