UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 189

Resumo de Capítulo 0189: UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Resumo do capítulo Capítulo 0189 do livro UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres

Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 0189, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance UN BEBÉ PARA NAVIDAD. Com a escrita envolvente de Day Torres, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.

Loan la miró aturdido. Se veía cansada y pequeña. Había perdido mucho peso y eso que ya era delgada, pero era evidente que el último año había sido duro para ella. La abrazó con fuerza por un instante y tomó su rostro entre las manos.

—Escúchame muy bien, Danna. Vamos a salir de todo esto, tienes que confiar en mí.

—¡Es que tú no sabes quiénes son los Winston... el poder que tienen...!

Loan sonrió con condescendencia y le dejó un beso suave en los labios.

—¡Ay, chiquilla, tú tampoco sabes quién soy yo! ¿Verdad?

Danna lo miró sin comprender y Loan suspiró.

—Por favor, quiero ver a mi hijo —le pidió con el corazón acelerado—. ¿Puedo?

Danna lo miró un momento, luego asintió con los ojos brillantes.

—Sí, sí, claro que puedes. Vamos a buscarlo a la sala.

Loan sintió la emoción crecer dentro de él cuando Danna se alejó de la habitación para ir a buscar al bebé. La siguió con la mirada mientras ella caminaba por el pasillo y le pareció que su corazón podía estallar del amor que sentía en ese momento. No podía describir la emoción al saber que iba a ver por fin al bebé después de tanto tiempo. Se quedó quieto durante un instante hasta que ella regresó con el niño en los brazos.

El pequeño era un bulto cubierto por una manta blanca y Loan sintió los latidos de su corazón en su garganta cuando lo levantó delicadamente. Estaba tan ligero como una pluma y sus cabellos eran tan sedosos que deslizaban entre sus dedos como arena fina.

Loan lo abrazó con cuidado y sintió que por fin todo en su pequeño mundo tenía sentido.

—Deberías... Si quieres puedes hacerle una prueba de paternidad para que estés seguro de que es tuyo —murmuró Danna y Loan levantó los ojos para mirarla—. Yo no estaba con nadie más pero... entiendo si quieres hacerla. Estoy bien con eso.

Loan apretó los labios y asintió.

Solo unos minutos después el bebé comenzó a cerrar los ojos y Loan notó como el pequeño se relajaba más y más hasta quedarse dormido. Lo acostó con cuidado en la cama y se quedó mirándolo durante un momento antes de levantarse para encontrarse nuevamente con Danna. Levantó la vista para mirarla y le hizo un gesto para que se sentara junto a él.

—Ahora, ¿me puedes contar todo lo que pasó y por qué en esta casa te llaman Leda? —preguntó Loan con voz suave.

Danna tomó una profunda respiración antes de comenzar. Sabía que este era el momento para contarle toda la verdad.

—Es una historia larga —dijo—, y no tengo corazón para contártela completa ahora mismo, solo tienes que saber que tuve que escapar. Mi madre quería hacerle elegir, mi carrera o mi hijo, pero yo no estuve dispuesta a perderlo.

Loan apretó los puños, por lo poco que sabía de ella y lo dedicada que era a su carrera, él también había esperado que no se decidiera a favor del bebé, pero evidentemente también él se había equivocado.

—¿Qué pasó entonces?

—Mi madre consiguió cita para un aborto y me obligaron a seguir entrenando mientras tanto. A lo mejor fue una suerte que me accidentara, pero el médico que me atendió en el hospital se apiadó de mí —murmuró Danna mirando al vacío—. Lo escuché hablando con mi madre, a ella solo le interesaba que sin mi carrera no obtendría de regreso ni un euro de los que había invertido en mí... Y ahí lo entendí todo —Las lágrimas corrieron por sus mejillas y Loan apretó su mano—. Incluso si tenía al bebé, ella encontraría la forma de quitármelo.

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