UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 195

La fiesta comenzó a prepararse de inmediato y Loan intentó ver a Danna durante todo el día, pero Olivia la tenía trabajando todo el tiempo, dándole apenas tiempo para amamantar a su hijo. La expresión de Loan se endureció ante aquella situación, la impotencia lo estaba matando, pero realmente estaba lejos de imaginar hasta dónde era capaz de llegar Olivia.

—¡Salgan todos, ahora! —gritó la señora Winston entrando esa tarde en la cocina—. Tú te quedas —siseó mirando a Danna.

Todos salieron de la cocina, y Olivia se giró hacia Danna.

—A partir de ahora tienes ser más torpe —dijo Olivia con seca determinación—. Tira los platos, comete errores, haz cosas inútiles. Tienes que lograr que Loan no quiera conservarte como empleada.

Danna entendió el mensaje de inmediato. Olivia estaba dispuesta a herir su orgullo, pero haría todo lo posible por llevársela de allí. Ella sabía que no podía hacer nada, intentar luchar contra Olivia era imposible.

Sin embargo Danna no tenía idea de que estaba dispuesta a mucho más.

Trató de protestar pero Olivia no quería oír nada, y pasó los siguientes veinte minutos intentando inculcarle algo que ella jamás podría ser: torpe. Danna de verdad intentaba derramar las cosas y hacerlo mal, pero simplemente no le salía.

A cada segundo Olivia se frustraba más.

—¡Al menos mánchate la ropa, inútil! —gruñía con rabia.

Su frustración llegó a tal punto que de pronto Danna sintió cómo agarraba una de sus manos por la muñeca y antes de que pudiera resistirse ya la había pegado a una de las ollas que estaban al fuego.

Danna gritó al sentir la quemadura en la palma de su mano y peleó por retirarla mientras la apretaba contra su pecho y las lágrimas inundaban sus ojos. Olía a carne quemada, su piel estaba roja y ardía y dolía lo indecible.

Loan estaba furioso. Danna estaba herida y sospechaba que Olivia tenía algo que ver con eso. Ni siquiera terminó de comer, apenas el conde lo invitó a beberse un licor con él, lo acompañó unos minutos a su despacho y luego se disculpó.

Se fue a su habitación a buscar un bálsamo para curarla y se dirigió a las casitas de los empleados sin importarle que todavía no fuera noche cerrada. Loan apresuró sus pasos hacia allá, aterrorizado por la posibilidad de que algo peor le hubiera sucedido. No había nada más importante que su seguridad.

—¡Dime qué diablos pasó, ahora! —casi rugió llegando a su ventana pero ella lo detuvo con solo una mirada.

Se sentía tan humillada por haber sido víctima del maltrato de Olivia, pero no quería armar un escándalo y que la mujer terminara mandándola a la cárcel esa misma noche.

—Estoy bien... de verdad estoy bien... —dijo Danna con un tono de voz firme, pero sus palabras estaban llenas de preocupación y fatiga.