UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 198

Ella asintió intentando secarse las lágrimas, pero finalmente pus aquella pequeña bolsita sobre la cama y salió. Loan la miró por un largo momento, pero terminó metiéndola en su maleta sin abrirla. Probablemente fueran recuerdos muy preciados para Danna y él quería que si los compartía con él fuera por su propia voluntad y no en un momento desesperado.

Bajó al gran salón y entonces comenzó la velada.

Muchos invitados llegaron a la fiesta, todos vestidos con sus mejores galas, y Olivia presentó a Loan con lo más rancio de la nobleza escocesa. De cuando en cuando le hacía alguna invitación para que la acompañara a bailar, pero él se negaba amablemente, haciendo que ella se molestara cada vez más.

Finalmente Olivia pareció tocar sus límites y se dirigió directamente a él.

—Creo que sería una descortesía de tu parte no sacarme a bailar —siseó notando su rechazo por encima de la sonrisa forzada de Loan.

—No lo creo. Y en todo caso no me importa, Olivia, estoy aquí para comprar tu casa, no para ser tu muñeco de exhibición esta noche, así que si quieres bailar, mejor búscate a alguien más.

Olivia se puso roja hasta la raíz del cabello y Loan la vio perder la poca compostura que le quedaba.

—¿Entones prefieres bailar con las empleadas del castillo o es que solo las quieres para follar?

Loan se quedó mudo por un momento, sin saber qué decir. Era obvio que ya sabía que tenía algo con Danna, la cuestión era por qué no se lo había dicho antes.

—¿A qué estás jugando, Olivia? ¿Qué te importa a quién me follo y cuándo? —siseó por lo bajo—. Este sitio muy pronto será mío y todo lo que hay en él también. Así que si me da la gana follarme a una empleada o a seis es mi problema. La cuestión es ¿a ti qué te importa? ¿O lo que estás es molesta porque prefiero mil veces acostarme con tu sirvienta que contigo?

—¡Esa no me llega ni a los talones! —gruñó Olivia sintiéndose humillada con aquella comparación, como si alguien se hubiera atrevido a comparar a su madre con la zorra institutriz que se había convertido en su madrastra—. ¡Esa cocinera no es competencia para mí! ¡Yo seré una condesa!

—Tú serás lo que quieras, pero mi verg@ sabe por quién se para y por quién no, y yo no se lo discuto —replicó Loan y Olivia ahogó un gritó antes de levantar la mano para darle una bofetada pero alguien más se metió en medio.