UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 199

—Olivia Winston, queda arrestada por el asesinato de Myrna Winston, antigua condesa de Winston.

La cara de la mujer se transformó en un segundo al escuchar aquellas palabras.

—¡¿Qué?! ¿De qué está hablando, se volvió loco? —sin embargo había más impotencia que sorpresa en su expresión.

El señor conde se adelantó con la incredulidad reflejada en el rostro y se dirigió al oficial.

—¡Esto tiene que ser un error! ¡La condesa me abandonó y...!

—Tenemos razones de peso para creer que la condesa de Winston está muerta y no desaparecida como se presumió —declaró el agente—. Y todas las declaraciones apuntan hacia la señora Olivia Winston.

Olivia trató de forcejear con los agentes pero uno de ellos finalmente logró someterla y ponerle las esposas. El viejo conde negaba de un lado a otro.

—No... eso no puede ser cierto, ¿entonces ella?

—Fue asesinada —declaró el policía—. Y según las declaraciones de nuestros testigos... su hija es nuestra principal sospechosa.

El conde la miró, pero solo la vio levantar la cabeza con orgullo mientras su boca se convertía en una línea fina.

—¿Eso es cierto, Olivia? ¿Tú hiciste...?

—¡Deja de decir estupideces y consígueme un abogado! —le espetó ella a su padre—. ¡No olvides lo que pasaría con nuestro nombre y nuestro título si esto se convierte en un escándalo, así que mejor consigue uno bueno!

La policía la empujó afuera, pero para ese momento el conde ya había comprendido que sí, que su segunda esposa jamás lo había abandonado.

Olivia fue llevada afuera al patio de los policías, mientras se resistí al arresto y no paraba de gritar y amenazar a todos con hacer que los despidieran.

Danna estaba paralizada, mirando horrorizada cómo los policías llevaban a Olivia y la metían a la fuerza al vehículo. El conde no movió un solo dedo para detenerlos, solo mirar con impotencia cómo se alejaban.

De repente una voz a sus espaldas la despertó del trance.

—¡Lili, abre! —llamó golpeando la puerta—. Tengo que hablar contigo, Leda está en problemas.

Algunos segundos después pudo escuchar pasos dentro del hogar y una voz joven asustada abriendo la puerta.

—Señor Keller...

—Leda está en problemas, se la acaba de llevar la policía. Yo llevaré al bebé conmigo antes de que la gente de servicios sociales venga por él.

La muchacha perdió el aliento en un segundo pero asintió y corrió a poner al bebé en su pequeño cochecito.

—Leda me dijo... me dijo que si algo pasaba, usted era la única persona a la que podía confiarle a su hijo, me dijo que se lo entregara... pero no me imaginé que fuera así —murmuró la muchacha con nerviosismo mientras ponía en las manos de Loan aquella bolsa—. ¿Usted? ¿Usted es el papá de mauro? ¿Verdad que sí?

Loan asintió mientras levantaba al pequeño en brazos y los acomodaba sobre su pecho.