UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 212

Danna se mordió el labio inferior con un rastro de duda.

—¿Solo Mauro y yo?

—Solo Mauro y tú —confirmó Loan. Le dio un beso en la cabeza y levantó a Mauro en brazos para llevárselo, porque ella necesitaba concentración para elegir.

Danna miró cada una de aquellas fotos, había desde mansiones hasta casas relativamente medianas, pero ninguna era pequeñita. Después de mucho cavilar se acercó a la habitación y lo escuchó hablando por teléfono.

—Gracias, hermanita. Sí, para mañana... bueno si Danna quiere ir mañana entonces iremos mañana, solo ten los documentos listos por si acaso. ¿De acuerdo?

Danna tocó a la puerta semiabierta y Loan se giró hacia ella haciéndole un gesto para que entrara en lo que terminaba de hablar.

—Sí, perfecto... te quiero mucho, cuídate.

Colgó la llamada y Danna se puso una mano en la cintura.

—¿Con quién me engañas, Keller? —fingió ponerse celosa.

—Con Noémi. Le estoy pidiendo que me ayude con los documentos para reconocer la paternidad de Mauro, y además necesitamos sacar de una vez la residencia de los dos en el país así que ya sabes, mucho papeleo —sonrió él sentándose en el borde de la cama—. Lo bueno es que tenemos un par de abogadas en la familia que pueden ayudar.

Danna asintió con calma y luego fue a sentarse junto a él, mostrándole la carpeta.

—¿Viste algo que te gustara? —preguntó Loan.

—¿No hay nada más chiquito que esto? —lo interrogó Danna.

—Sí, por supuesto que hay casas más pequeñas, pero están en zonas de la ciudad que no son lo bastante seguras —respondió Loan—. Escucha, sé que es un poco difícil que te adaptes a esto, pero tenemos que llegar a un consenso aquí, porque ahora eres la madre del hijo de un millonario, esto no demorará en saberse, sobre todo porque no tengo intenciones de esconderlos a ninguno de los dos. Entonces... tu privacidad va a disminuir un poquito y lo mejor es que los dos se queden en una zona segura de la ciudad. Eso me dejaría más tranquilo.

Danna lo miró a los ojos.

—De lo contrario puedo vivir donde yo quiera pero acamparás en tu auto frente a mi jardín.

Por fuera se veía enorme, y por dentro tenía desde la cocina de lujo y cuartos de baño con más detalles que un hotel de cinco estrellas, hasta gimnasio, sauna e invernadero.

—Esto es demasiado, Loan... —exclamó Danna.

—Pues es lo más pequeño.

—Sigue siendo muy grande... yo pensaba como en algo que pudiera limpiar yo sola —murmuró ella.

—Eso no importa, yo te pago una emp... —Danna le dirigió una mirada asesina y Loan negó—. ¡O no! ¡O no! Es más, ¡yo me ofrezco de voluntario! Yo vengo a limpiar y lavar y todo. ¡Delantal, escoba y bóxer... el paquete completo!

A ella se le escapó una risa solo de imaginárselo en delantal y bóxer, pero luego suspiró.

—Está bien. Sería muy estúpido negar que me gusta porque es preciosa... pero te voy a tomar la palabra, vas a tener que venir a ayudar, porque no quiero meter a nadie extraño en la casa —sentenció ella y Loan sonrió de oreja a oreja, sin darse cuenta de que ahora era él el que estaba "moviendo la colita" y encima muy feliz.