Resumo do capítulo Capítulo 0214 do livro UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 0214, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance UN BEBÉ PARA NAVIDAD. Com a escrita envolvente de Day Torres, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.
—¡Te acordaste! —se emocionó Loan tomando la cuchara.
—Resulta que todo lo que había en la nevera era de exhibición pero no era falso, y el helado está delicioso —dijo Danna mientras hundía la cuchara en el postre.
—Me imagino... a lo mejor un día de estos volvemos a usarlo como corresponde —murmuró Loan sonriendo para sí mismo y no subió los ojos porque sabía que ella se había puesto colorada.
No era difícil recordar las cosas que le había hecho con helado y jarabe de chocolate... ¡y todas habías sido buenas!
La escuchó toser brevemente, pero siguió comiendo hasta que la voz de Danna de repente se tornó seria.
—Loan... ¿de verdad tú quieres más?
Él la miró a los ojos con una expresión que variaba entre la determinación y la serenidad.
—Sí, sí quiero —respondió sin dudarlo—. Me gustas mucho, Danna, siempre fue así desde el primer momento y sé que para ti fue igual... todavía es igual. Tienes razón, no nos conocemos, pero nos sobra tiempo para hacerlo, así que si tú estás de acuerdo, yo tengo toda la intención de cortejarte.
Danna se mordió el labio inferior y se le quedó mirando. Era un hombre hermoso, de ojos oscuros y penetrantes, rostro simétrico y un cabello negro del que ahora se desprendían algunas gotas de agua. Era cierto que le encantaba, no había chispas, aquello era un incendio homologado, así que si él también estaba dispuesto, quizás lo mejor no fuera quedarse con aquellas ganas.
—¿Qué estás pensando? —preguntó él acariciando su mejilla con los nudillos del índice para llamar su atención.
—En esa palabra, "cortejar", suena antigua.
—Eso es porque yo soy vintage, pelirroja, listo para las flores, el corcel blanco y pedrusco en el dedo —le aseguró él—. Si me dejas enamorarte te garantizo que lo vas a disfrutar.
—¿En serio? —Danna le dio la vuelta a la isla y él la alcanzó para meterla entre sus piernas—. ¿Con garantías? No me digas, ¿y qué más me vas a garantizar?
—¡Uff, todo! ¡Es más, follada que no te guste, te la repito! —declaró muy serio y Danna casi se dobló de la risa por la carcajada.
—Bueno... me convenciste, veremos qué tan bueno eres en eso —susurró ella acomodándole el cabello hacia atrás con los dedos y besándolo despacio.
Era imposible que aquello no escalara. Era casi peligrosa la forma en que se deseaban, al punto de que Danna no lograba recordar cómo era que antes solo se conformaba con un par de semanas al año.
Sin embargo después de una sesión intensa de besos y caricias loan le dio la vuelta, le dejó caer una sonora nalgada y la mandó a dormir.
—Cortejarte, ¿recuerdas? —dijo cuando la vio hacer un puchero, pero Danna finalmente sonrió y subió la escalera.
Al día siguiente el bebé los levantó temprano, así que tuvieron tiempo suficiente para alistarse antes de pasar por la oficina de Noémi.
—¡Es mucho, Loan! —replicó—. ¿Como cuántos niños piensas mantener?
—¿Como cuántos más me vas a dejar hacerte?
Loan se ganó un carpetazo y Noémi se ahogó de la risa.
—Perdónalo, cuñadita, es que está nervioso seguro —se burló—. A ver ¿cuánto crees que sería suficiente cómo para que no les falte nada?
—Con dos mil nos sobra —aseguró Danna.
—Bien, entonces el resto irá a un fideicomiso para su educación, y en cuanto mi sobrino entre a la escuela podrán usarlo para colegiaturas, útiles, lo que sea. ¿Está bien así? —preguntó Noémi y Danna asintió.
Finalmente todo iría a un par de cuentas con su nombre, que era lo que Loan quería, solo que Noémi era mejor para negociar sin imponer. Logró que Danna aceptara de buen grado casi todas las cosas que quería darle, como la casa y un auto para moverse, hasta que llegó al último punto.
—Por último... responsabilidad en tiempo —dijo Noémi leyendo el documento—. Danna, si quieres trabajar, Loan está dispuesto a quedarse con el bebé durante la mitad del día, mañana o tarde, según lo que tú elijas, solo tienen que ponerse de acuerdo en los horarios. Entonces... ¿vas a querer trabajar?
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Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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