Resumo de Capítulo 0226 – Uma virada em UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Capítulo 0226 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de UN BEBÉ PARA NAVIDAD, escrito por Day Torres. Com traços marcantes da literatura Romántica, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
La abrazó con suavidad y la sintió relajarse en sus brazos. Hizo un esfuerzo para que el resto de la tarde fuera agradable y pacífica, pero en el fondo sabía que si Danna le había pedido que se quedara con ellos era porque estaba asustada. Apenas la vio dormirse en el sofá, se dirigió a la cocina con su teléfono e hizo una llamada.
—¿Andrea? —sonrió al escuchar la voz de la esposa de su hermano. Le preguntó por sus sobrinos y cuando se pusieron al día pasó a lo más importante—. Oye, cuñadita, necesito que me hagas un favor. ¿Puedes localizar a un entrenador de patinaje llamado Emil Landau? Sé que vino a la ciudad por la entrevista que organizaste para Danna, y necesito encontrarlo.
—OK, veré qué puedo hacer. En cuanto consiga una dirección te la paso —aseguró Andrea y Loan se quedó más tranquilo porque sabía que Andrea no demoraría mucho en encontrarlo.
Al día siguiente llevó a Danna hasta la misma pista de hielo y no se marchó hasta que tanto Ted como Roux estuvieron con ella.
—Gracias por lo que hiciste ayer —le dijo a Ted estrechando su mano—. Yo me encargaré a partir de ahora.
—Lo sé, igual no la dejaremos sola en ningún momento —aseguró el compañero de Danna y cuando Loan salió de allí con su bebé, llevaba la determinación reflejada en el rostro.
En la oficina le habían armado una hermosa habitación llena de juguetes para Mauro, y por supuesto que todos pasaban a saludar al hijo del dueño como si fuera el heredero al trono. La verdad era que el bebé la pasaba fenomenal con su niñera y siguiendo la idea de su hermano Zack era probable que Loan también inaugurara una guardería en su empresa; pero aquella mañana en particular tenía otros planes más urgentes en la cabeza, así que le dio un beso a su bebé antes de entregárselo a la niñera.
Entró en su oficina y lo primero que hizo fue ordenarle a su secretaria que bajara de internet e imprimiera varias fotografías de Emil Landou.
—Llévalas al departamento de seguridad —le ordenó—. Ese tipo no puede poner un pie en este edificio, o va a salir despedido hasta el que instaló las cámaras hace cinco años, ¿me explico?
—Perfectamente, señor —aseguró su secretaria y enseguida se puso a la tarea de informar al personal correspondiente.
No había pasado ni una hora cuando recibió una llamada que ya estaba esperando.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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