Resumo do capítulo Capítulo 0228 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD
Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
—Tú y yo tenemos que hablar —sentenció Emil con un graznido.
—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar —respondió una mujer del otro lado—. ¿Qué diablos quieres, Emil?
—Quiero lo que no me diste cuando te lo pedí —replicó él—. Ayúdame a conseguirlo de vuelta... y te haré tan rica que olvidarás hasta tu nombre.
Una hora después Emil Landou recogía sus cuatro porquerías en aquel hotel de mala muerte y desaparecía de la ciudad sin dejar rastros.
Loan, por su parte, no estaba del todo tranquilo. No le había sorprendido descubrir la clase de enfermos sentimientos que tenía Landau por una chica que podía ser su hija, pero el asco era difícil de olvidar.
Condujo hasta la empresa, pero la verdad era que no podía concentrarse en el trabajo. Se sentía mareado, y soñaba con un baño de agua caliente para lavar aquella suciedad que acababa de escuchar. Así que pasó por su hijo y avisó que se iría temprano. Necesitaba salir a despejarse, así que decidió ir al rink a ver a Danna patinar.
Cuando llegó al rink, se quedó parado en la puerta observando a Danna patinar con tanta destreza y elegancia que le resultaba increíblemente hermosa. Incluso después de todos esos años de verla competir, ella siempre seguía siendo su chica favorita y verla brillar sobre el hielo era algo que le llenaba el corazón.
—Realmente lo hacen muy bien juntos —sonrió el entrenador Roux cuando llegó junto a él.
Danna progresaba cada día. Sus movimientos eran precisos y elegantes, sus pasos eran coreografiados con precisión y su rostro resplandecía de felicidad mientras lo hacía.
—Creo que esos dos necesitaban a alguien que confiara en ellos —sonrió Loan porque era evidente que la seguridad de Ted también había crecido, y que se estaban esforzando al máximo por conseguir aquel sueño mutuo.
Cuando el entrenamiento termino Danna patino hacia él y Loan la estrechó con fuerza.
—¡Lo estás haciendo increíble! —dijo orgulloso—. ¡No hay nadie como tú en este lugar!
—No es cierto, pero tu apoyo me sube mucho la autoestima, así que si quieres seguir haciéndome cariñitos, no te lo voy a impedir —se rio ella.
Salieron del rink para ir a comer juntos y los dos disfrutaron de que ya Mauro se sentaba en una sillita del restaurante, interactuando con ellos y tratando de llevarse comida solida a la boquita aunque no lo lograra bien.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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