UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 231

Resumo de Capítulo 0231: UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Resumo de Capítulo 0231 – Uma virada em UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres

Capítulo 0231 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de UN BEBÉ PARA NAVIDAD, escrito por Day Torres. Com traços marcantes da literatura Romántica, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

Danna se alejó patinando hacia el otro lado de la pista de hielo y Loan trató de bordearla para encontrarse con ella, pero la mano de la señora Ailsa aferrándose a su chaqueta lo detuvo.

—Por favor... Usted es su esposo ahora. ¿No es cierto?

—Todavía no, somos novios —declaró Loan.

—Es igual, usted la estuvo buscando por cielo y tierra, mientras que yo no lo hice —dijo la mujer con voz angustiada—. Sé que a Danna le costará perdonarme, pero por favor, solo escúcheme. No quiero estar lejos de mi hija y mi nieto, eso me rompería el corazón de una vez por todas.

Loan respiró profundamente y asintió.

—La comprendo, pero me temo que este no es el mejor momento para presionar a Danna.

—Lo sé. La verdad es que ningún momento será bueno para molestarla, pero por favor, ayúdeme...Quizás le digo, si le explico... ¡Realmente estoy desesperada! ¡Amo a mi hija y me equivoqué, pero la amo más que a nada en el mundo y es la única familia que me queda.

Él apretó los labios, estar en medio de aquel problema no era lo más saludable pero la madre de Danna parecía a punto de un colapso nervioso.

—Venga a verme mañana a mi oficina —le dijo entregándole una tarjeta con la dirección de su edificio—. Hablaremos ahí con más tranquilidad.

Ailsa se secó las lágrimas y asintió, saliendo de allí mientras cada pocos metros volteaba la cabeza para ver a Danna.

Loan se acercó a ella y la hizo voltearse para que lo mirara a los ojos.

—Mejor no te pregunto si estás bien, porque ya me imagino que no lo estás —murmuró—. Esta sí que es una sorpresa. No me lo esperaba. Ella realmente parecía muy convencida de que habías muerto.

—Si la conocieras no te sorprendería —siseó Danna—. ¿O crees que es casualidad que Emil me confrontara y menos de dos semanas después mi madre se aparezca aquí con su arrepentimiento y sus mocos?

—Relájate, nena, quiero que dejes de pensar y solo me sientas ¿sí?

Dejar un rastro de besos sobre su cuerpo la hizo excitarse en un segundo, y enseguida, Loan estaba sobre ella acariciando con sus manos todas las partes de su cuerpo. Se movía lento, explorando cada curva mientras la besaba y susurraba al oído hasta que poco a poco fueron haciéndola perder el control.

Loan sabía los puntos exactos en los que tocar para hacerla gemir, para hacerla correrse; sabía cuánto tiempo resistiría antes de explotar. Dejó una huella de besos desde su cuello hasta el ombligo mientras acariciaba los delicados contornos de sus caderas. Fue bajando hasta llegar a su clítoris, donde posicionó su lengua para despertarla por completo.

Danna gimió en respuesta, abriéndose aún más para recibir el placer que necesitaba y un instante después él la embestía, moviéndose dentro de ella como si fuera el último lugar feliz sobre la tierra.

Loan sonrió cuando vio que ella no tardó ni diez minutos en correrse escandalosamente, y la siguió en un clímax que siempre era perfecto. Hacerle el amor la dejó dormida al instante, pero Loan sabía que si aquella situación no se manejaba bien, muy pronto todo se complicaría.

Al día siguiente la dejó en el rink para su entrenamiento, faltaba poco para el festival y ella parecía concentrada solo en eso.

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