UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 244

Incluso la comentarista intentó hacerle una pregunta en ese momento pero los labios de Loan se sellaron y bajó del podio. Jhon tenía razón, no había escuchado, No había escuchado a Danna cuando se había casado de repetirle que su madre no era buena. Y no había escuchado a Jhon mientras este insistía en que no debían entregar el dinero. Todo lo que estaba pasando era su culpa, así que aunque fuera un poco tarde, si Jhon le decía que se lanzara de un puente, él lo haría con los ojos cerrados.

No supieron si era la situación o la recompensa, pero lo cierto fue que las palabras de Loan no dejaron a nadie indiferente. La gente comenzó a compartir su historia en las redes sociales, y pronto estaba circulando por todos lados.

Las horas que siguieron fueron un tormento. La policía de Zúrich se organizó para recibir las llamadas pero eran demasiadas. Todos creían haberlos visto en algún lugar y algunos incluso traían amarrados a posibles sospechosos en la cajuela de sus autos.

Jhon trabajaba codo a codo con el comisionado, y este le había dado un poco de jurisdicción por debajo del tapete. Sus hombres filtraban las pistas pero la mayoría eran falsas o equivocadas.

—¡Dime que tenemos algo! ¡Por dios dime que tenemos algo porque me voy a volver loco! —exclamó con desesperación mirando a Jhon porque sentía que de verdad iba a perder la razón.

Dos días más habían pasado, las televisoras y los canales de Y0uTub3 retransmitían aquella noticia sin descanso, mucha gente dejaba sus trabajos para salir a cazar aquella recompensa, pero todavía no conseguían nada concreto.

—Conseguimos un área de focalización —respondió Jhon mostrándole un mapa donde había dibujado un pequeño ángulo—. Algunas pistas sí han sido buenas, encontramos a Ailsa en varias cámaras en estaciones al norte, pero el abanico de posibilidades es de mil trescientos kilómetros cuadrados, no es fácil buscar ahí. Mandé a mis hombres a entrevistar a la gente a ver si podemos seguir estrechando el cerco.

—¿Y de Emil no hay nada? ¡No sabemos si él está con Ailsa! —replicó Loan.

—No, no lo sabemos y por desgracia no tenemos nada sobre él...

Afuera se escuchó un revuelo y de repente alguien abrió apresuradamente la puerta para avisar a Jhon.

—¡Tenemos una llamada...! ¡Esto no te va a gustar! —le dijo uno de sus hombres y los tres salieron disparados hacia la sala de comunicaciones.

—¿Quién está llamando?

—Ailsa Frasier —respondió otro de sus hombres y Loan sintió que el corazón se le disparaba, pero esta vez quien contestó al teléfono fue el mismo Jhon.

—Señora Frasier. No esperaba saber de usted en ningún momento cercano, ya la imaginaba en Islas Caimán disfrutando de su dinero —dijo y un pequeño silencio se hizo del otro lado.

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