UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 243

—Tienes que calmarte, ya no te queda nada que romper. Si te lastimas tú jamás encontraremos a Danna... —lo reconvino Jhon y Loan lo miró desde el otro lado de la habitación con los dientes apretados.

—¿Por qué no lo dices con todas sus letras? "Cálmate antes de que dejes a tu hijo huérfano de madre y padre también" —gruñó mientras las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos.

—No necesito decírtelo, tú ya lo sabes —sentenció Jhon—. Ya pasaron dos días, las probabilidades no son buenas y seguimos cada pista.

—El rastreador... la maleta del dinero iba con el chip del banco...

—Y eso hubiera servido si no lo hubieras hablado con Noemi frente a la madre de Danna, pero mis hombres lo siguieron y encontraron la maleta vacía en el baño de una estación a casi doscientas millas de aquí.

Loan se llevó las dos manos a la cabeza, sentía que se moría con cada segundo que pasaba.

Jhon y su equipo habían hecho de todo para encontrar a Danna, pero la búsqueda no había dado ningún resultado.

—Estamos haciendo todo lo humanamente posible, incluso para la CIA —le dijo—. Estamos revisando las cámaras de cada estación desde Zúrich en un radio de cuatrocientas millas pero no es un proceso rápido. Tengo en alerta a cuanto agente disponible hay en el campo, pero a menos que Emil o Ailsa asomen la cabeza... no hay forma de rastrearlos.

Loan estaba desesperado, no podía creer que aquella pesadilla estuviera sucediendo de verdad. Todo era su culpa, sabía que todo era su culpa por haber insistido en tener cerca a la madre de Danna y que todo lo que estaba sucediendo, absolutamente todo, era por su culpa.

—Eso hombre habría encontrado la forma de llevársela, Loan —le había dicho su madre para intentar tranquilizarlo.

—Lo sé, pero yo pude haberlo ayudado menos —había replicado él—. Pude haberla protegido más.

Y ahora estaba sucediendo exactamente lo que Jhon había dicho. Los días empezaban a pasar sin que hubiera una sola pista para recuperar a Danna.

Las gemelas corrieron a hacer llamadas y poco después conseguían su espacio.

Eran cerca de las ocho de la noche cuando Jhon le ajustó el nudo de la corbata a Loan y lo miró a los ojos.

—No digas ni una sola palabra más de la que está escrita en ese papel —le ordenó—. Esta no es una entrevista, es una declaración de prensa. No respondas preguntas, no des detalles, solo lee lo que te escribí y sal de ahí.

Era un intento desesperado, pero Loan asintió porque en aquel momento estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperar a Danna.

En el canal de televisión hicieron un pequeño espacio con un podio y después de que la comentarista anunciara la noticia le cedieron unos minutos para que presentara su declaración. Eran las ocho y pocas personas había en el país que no estuvieran viendo las noticias. Más allá, el programa se estaba transmitiendo en internet, así que llegaría a toda Europa.

—Buenas noches, mi nombre es Loan Keller, estoy seguro de que todos conocen a mi familia por ser los dueños de Asterion Bank —comenzó él leyendo aquel papel frente a los micrófonos—. Hace dos días mi esposa y madre de mi hijo fue secuestrada, por estas dos personas: Emil Landou y Ailsa Frasier, los dos de nacionalidad escocesa... —Junto a él en la pantalla aparecieron las fotografías de Ailsa y de Emil—. Estoy ofreciendo una recompensa de diez millones de francos a quien le entregue a la policía una pista certera que lleve a la recuperación de mi esposa. Estas personas están entre ustedes, rentaron o compraron su casa, compraron algún artículo en su tienda, por favor miren bien las fotografías. Si saben algo de ellos, comuníquense con los números de la policía que aparecen en pantalla. La recompensa es de diez millones y queda a consignación de la policía para entregarla. Les agradezco de antemano su ayuda y su cooperación. Gracias.