Resumo de Capítulo 0246 – Uma virada em UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Capítulo 0246 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de UN BEBÉ PARA NAVIDAD, escrito por Day Torres. Com traços marcantes da literatura Romántica, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
—¿Sabes por qué no tenemos una mesa aquí? —preguntó Jhon pateando la silla para llamar su atención—. Porque no queremos que te pongas cómoda, que te recargues, que creas ni por un instante que esto será un interrogatorio amigable.
Ailsa sacudió las manos esposadas a la silla y lo miró con ojos muy abiertos.
—No te diré nada hasta que no me saques de aquí... ¡No te diré nada de nada! —le gritó, comprendiendo que apelar a la constitución, la ley y los derechos humanos no tendría sentido allí.
—Bueno, te voy a dar media hora para que grites —le sonrió Jhon—. Luego voy a regresar y no te gustará lo que va a pasar, Ailsa, solo te lo advierto.
Mientras, en la comisaría principal de la ciudad, el hombre de Loan entró a la habitación y le hizo un gesto a Loan.
—La camioneta blanca que está en el estacionamiento, en cinco minutos —le dijo.
—¿Tienes a Ailsa? ¿Saben algo de Danna? —El hombre le respondió con una mirada de acusación y él asintió—. La camioneta blanca en cinco minutos —repitió y trató de armarse de paciencia.
El corazón se le quería salir del pecho cuando logró escabullirse, librándose de su familia y de las miradas de algunos policías que lo estaba cuidando, y se subió a aquella camioneta que arrancó inmediatamente.
—Tenemos a la mujer —dijo el hombre de Jhon y Loan cerró los ojos con un poco de alivio—. El jefe me pidió que te llevara con él. Están en un Black Hole de la CIA, así te sugiero que te recuestes y cierres los ojos, porque no deberías saber el camino.
Loan no se lo hizo repetir, se tumbó sobre el asiento trasero y no abrió los ojos hasta que el hombre le dijo que era seguro. Para cuando los abrió, estaba en la oscuridad de un garaje techado. El hombre lo condujo por varios corredores mientras Loan procuraba no fijarse demasiado. Pero era imposible. A ambos lados de las paredes había cañerías viejas y del techo en algunos lugares goteaba... algo.
Finalmente llegaron a una habitación donde Jhon estaba apoyado en una pared.
—¿Dijo algo de Danna? —preguntó con un nudo en la garganta.
—No quiero hablar, al parecer la intimidación no funciona con tu suegrita... y sabe que estamos en desventaja —replicó Jhon—. Sabe que no la mataré porque es la única conexión que tenemos con Emil, así que ella aguantará lo que pueda y yo tendré que hacer lo que pueda sin matarla.
—Y añade el hecho de que realmente no crea que vas a lastimarla —agregó uno de sus hombres que estaba cerca.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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