UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 255

Danna escuchó los toques suaves en su puerta y dio permiso para que pasaran, sonriendo apenas vio a Ted y Lissa asomarse.

Toda la familia Keller rondaba por allí. Danna se sentía más que cuidada, y siempre procuraban no mencionar nada de lo que había pasado, pero aun así ella lo recordaba a cada segundo.

—Qué bueno que te encontramos despierta —sonrió Lissa abrazándola—. ¿Te sientes bien?

—Sí, ya estoy mejor —sonrió Danna—. En un par de días me van a dar el alta y voy a viajar con Mauro a Lucerna. Estaré un tiempo en casa de los abuelos de mi hijo.

—Tómate el tiempo que necesites. Lo importante es que te recuperes. Todo lo demás puede esperar —le dijo su compañero con amabilidad, pero Danna negó.

—No, Ted, ya no creo que vuelva al patinaje —murmuró.

Las dos personas frente a ella se quedaron paralizadas al escucharla.

—Pero... Danna, la rehabilitación es demorada pero podemos esperar. Tienes que tener confianza en ti misma, vas a recuperar toda la fuerza de tus piernas —la animó Ted.

Danna suspiró y asintió.

—Sí, sé que recuperaré mis piernas. Pero hay muchos ejercicios que tengo que aprender, habilidades y destrezas que tengo que aprender para volver a competir. Y sinceramente no quiero volver a subirme a un arnés de seguridad nunca más. —Suspiró profundamente—. Ya no podría hacerlo, Ted, lo siento.

Lissa y Ted intercambiaron una mirada preocupada. Sabían lo importante que era el patinaje para Danna, y cómo era su pasión por esta disciplina deportiva. Intentaron mostrarle otros puntos de vista, pero ella estaba convencida que ya no podría hacerlo nunca más.

—Escuchen, ustedes van a estar bien —les aseguró Danna—. Hablé con Andrea y ella y Zack están felices de ser siendo los representantes de Ted, en unos días le encontrarán una nueva compañera y nada habrá cambiado. Te aseguro que todo va a salir bien.

Ted asintió comprensivo mientras Lissa le acariciaba una mano con gesto protector.

—Entendemos si ya no te sientes preparada para ello —le dijo ella con calma—. Hay otros caminos para el patinaje artístico. Pero tienes que saber que te vamos a extrañar mucho

Loan se detuvo y luego se acercó a ella al ver cómo le entregaban un sobre sellado. La doctora se sobresaltó un poco al verlo pero enseguida comprendió que él estaba tan angustiado como cualquiera en la familia.

—Mejor vamos a sentarnos —lo invitó por un momento a su consultorio y frente a él abrió aquel sobre. Leyó los resultados durante un agónico segundo y luego sonrió aliviada—. Está limpia. Las pruebas para Enfermedades de Transmisión Sexual dieron negativas. Eso es una tranquilidad.

Loan sintió que podía respirar de nuevo, al menos era algo saber que no estaba enferma, aunque no estuvieran seguros de nada más.

—Gracias doctora —dijo antes de despedirse y la mujer se dirigió a darle la buena noticia a Danna.

—¿Está segura? —preguntó ella con nerviosismo.

—Sí, al menos por esa parte puedes estar tranquila —le dijo la doctora—. Mañana podremos dejar que te vayas, pero tienes que prometerme que comenzarás tu rehabilitación cuanto antes. ¿Ya has probado a caminar?