Resumo do capítulo Capítulo 0263 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD
Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Antes de que Luana pudiera reaccionar, Loan tomó una manta del arcón de la sala y salió corriendo detrás de Danna. Podía hacerla dar la vuelta allí mismo, despertarla, pero una curiosidad especial lo animaba. Ella podía hacer cualquier cosa, sin embargo su subconsciente la empujaba afuera.
La seguía a cierta distancia, sin acercarse demasiado por temor a despertarla. Finalmente, después de varias vueltas por el jardín, llegaron nuevamente al borde del bosque. Loan miró alrededor, escudriñando el paisaje oscuro y frío que se extendía ante él, pero Danna parecía perfectamente cómoda.
De repente, la vio dirigirse a un árbol cercano, acostarse sobre el enorme montón de hojas rojizas que había cerca de su base. Estaba profundamente dormida y su respiración era profunda y regular.
Loan se sentó en el suelo, intentando comprender qué la hacía volver al mismo lugar. Se acercó despacio y la arropó con la manta antes de que empezara a temblar por el frío. La envolvió con cuidado y la acunó contra su cuerpo mientras la escuchaba suspirar con alivio. Quizás en el fondo ella lo sabía, que estaba a salvo con él. Después de un rato, la tomó en brazos, sintiendo la suavidad de su piel y su cabello, y empezó a caminar llevándola de regreso a casa.
Cuando llegaron la acostó con cuidado en su cama. Se quedó allí un rato mirándola, y después se deslizó fuera de la habitación dejándola dormir.
—Tenemos que hacer algo —le dijo Luana—. Si sigue escapándose por las noches se puede lastimar, o puede llevarse al bebé, Dios no lo quiera... y luego no recordar dónde lo dejó.
A Loan se le heló la sangre solo de imaginarlo.
—Ni siquiera lo digas, yo me moriría y ella se tira de un puente si algo malo le pasa a Mauro —murmuró.
—Hijo, yo no puedo estar toda la noche despierta vigilándola —le dijo Luana y su hijo la abrazó.
—Tranquila, mamá. Yo me ocupo. Mañana a primera hoy me voy a ver a la doctora y veo qué nos recomienda —le dijo intentando calmarla.
En efecto, al día siguiente apenas Danna salió hacia su trabajo, Loan se fue directamente al consultorio de la psicóloga, que amablemente accedió a recibirlo entre sus consultas.
—Lo siento, señor Keller, pero a pesar de su familiaridad con Danna, el privilegio médico—paciente me impide contarle cómo está evolucionando o las interioridades de nuestras sesiones —le explicó la mujer con sencillez.
—Lo comprendo, y créame que no vine por eso —respondió Loan—. Vengo porque Danna está caminando dormida, está saliendo de la casa de noche.
—Eso es bastante común en casos como el suyo —le explicó—. A veces es un instinto oculto el que desencadena estos sueños lúcidos, cuando la persona no puede tolerar el encierro ni siquiera durante el sueño. Por lo general está atado a recuerdos profundamente dolorosos que deben ser solucionados.
—Como el secuestro... —entendió él.
—Exacto, su mente está intentando procesar algo que no ha podido aceptar. Así que es muy probable que esto no deje de pasar en ningún momento cercano, ella necesita lugares abiertos, ver la línea del horizonte, estar al aire libre. Las paredes le van a seguir provocando esto.
Loan respiró profundamente y se mesó los cabellos con desesperación.
—Tiene que haber algo que pueda hacer... —murmuró angustiado.
—Lamentablemente solo hay dos opciones: esperar a que su terapia progrese, o construirle una casa sin paredes —murmuró la doctora anotando en su cuaderno, pero lo que a ella le parecía un comentario un poco sarcástico, a Loan le había disparado todas las alarmas.
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Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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