Resumo de Capítulo 0271 – Uma virada em UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Capítulo 0271 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de UN BEBÉ PARA NAVIDAD, escrito por Day Torres. Com traços marcantes da literatura Romántica, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Estaba desnuda. Estaba desnuda debajo de él y bastaba que se moviera unos centímetros, solo unos pocos centímetros para que Loan subiera al cielo haciéndole el amor. Pero en lugar de eso peleó por contenerse. Se enfocó en la velocidad y la profundidad de sus dedos y Danna sintió como si todo su cuerpo estuviera a punto de explotar. El placer se desbordaba bajo aquella lujuriosa presión hasta que gritó, anclándose a su boca mientras lo sentía sonreír.
Los dedos de Loan penetraron más profundamente dentro de ella mientras sus labios chocaban con los suyos en un beso frenético y la ola de placer crecía cada vez más. Todas sus terminaciones nerviosas se juntaron en su clítoris y el orgasmo la atrapó desprevenida.
Su cuerpo comenzó a temblar con el clímax mientras Loan la masturbaba con fuerza. El ruido de sus gemidos llenó el cuarto y los ojos de Danna se cerraron involuntariamente. Solo una última presión de los dedos de Loan fue necesaria para liberarla y Danna gritó al sentir que el placer explotaba dentro de ella, una sensación interminable que amenazaba con dejarla exhausta e inmóvil bajo su cuerpo. Sus manos pasearon por la espalda de Loan, abrazándolo fuertemente como si fuera la última vez que lo haría.
Un suspiro profundo salió de sus labios cuando finalmente cada uno de sus músculos se relajó, y abrió los ojos para ver que él le besaba el cabello mientras sonreía satisfecho.
—¿Te gusta lo me ves? —preguntó Loan y Danna no pudo evitarlo, su pequeña boca hizo un puchero y un par de lágrimas corrieron por sus sienes.
—¿Voy a verte otra vez cuando me despierte? —preguntó porque sus ojos se cerraban por más que intentaba luchar contra eso.
—Vas a verme todos los días, pelirroja —aseguró él acostándose a su lado y envolviéndola en un abrazo—. Descansa, yo estoy aquí.
Sintió su sexo húmedo y extremadamente caliente presionar contra uno de sus muslos y sonrió, porque no habían pasado ni dos minutos cuando Danna ya se había quedado dormida abrazada a su costado.
Afuera la tormenta seguía cayendo, pero en aquel pequeño cobertizo, el corazón de Loan Keller por fin estaba en paz.
El amanecer estaba ya cerca cuando por fin dejó de escuchar la lluvia. se levantó, se puso su ropa que ya estaba bastante seca y envolvió a Danna en las dos mantas antes de levantarla en brazos y llevarla a la casa.
Cada paso que daba le recordaba que ella estaba ahí, en sus brazos, tan pequeña y hermosa como nunca antes había estado. Abrió con cuidado la puerta del cuarto y la dejó en la cama. Con cuidado, desenvolvió las mantas en las que la llevaba y colocó un edredón limpio sobre ella. Se acercó para darle un beso en la frente y luego se metió bajo la ducha.
Limpiarse era lo primero, y lo segundo era ir a darle su biberón a Mauro. Loan lo extrañaba con locura, pero con suerte eso había terminado ya y pronto él, Danna y su hijo volverían a ser una familia.
Después de tomar su biberón el bebé se quedó dormido enseguida y Loan sintió que los ojos se le cerraban. Se acostó junto a Danna y la atrajo hacia su cuerpo, abrazándola. Su respiración se regularizó de inmediato y se quedó dormido.
Tres horas después Danna abría los ojos y su corazón se aceleró al sentir aquel cuerpo caliente a su espalda, pero enseguida recordó la noche anterior y suspiró girándose suavemente para ver a Loan. Dormía tranquilo como un bebé, y Danna acarició su rostro y la línea de su mandíbula con las puntas de los dedos.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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