UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 306

Levi se quedó estático por un segundo. Sabía que ella había planificado su viaje para ese día, pero había imaginado que con lo del hospital, la araña y todo, se iba a quedar más tiempo.

Suspiró mientras sonreía de medio lado y asintió.

—¿Trabajo? —preguntó acercándose.

—Sí, y ese no me deja descansar mucho —respondió ella—. Chiara ha estado haciéndose cargo por unas semanas, ya es mi turno de ir a relevarla, porque ella también tiene... asuntos que resolver.

Levi envolvió las manos en su cintura y la escuchó ronronear de gusto ante el tacto caliente recorriendo su piel.

—Entiendo, parece que después de todo esto va a acabar sin haber empezado —murmuró y Noémi se levantó en las puntas de los pies para alcanzar su boca.

Un segundo después estaba prisionera de un abrazo posesivo y los labios de Levi tomaban su boca con desesperación. Había un deseo que ninguno de los dos podía negar, una necesidad de restregar piel contra piel y dejarse llevar por los instintos, pero un gorjeo del bebé los devolvió a la realidad, riendo.

—De hecho —dijo Noémi humedeciéndose los labios con la lengua—, también vine a preguntarte si quieres que te visite la próxima vez que venga a Lucerna. Mis padres viven aquí así que... al menos una vez por semana vengo a verlos... Pero no quiero ser intrusiva así que si no puedes...

—Sí puedo —la cortó él apretándola contra su cuerpo—. Puedes venir cuando quieras, a la hora que quieras, no habrá nadie aquí que te impida atravesar esa puerta... ¡Y tampoco tienes que preocuparte por eso!

Noémi sonrió porque si algo era cierto era que ellos se entendían perfectamente. No habría otra mujer en la casa de Levi, no porque él estuviera esperando una relación seria con ella, sino porque no la quería con ninguna, incluida ella.

—Te entiendo —susurró tirando de su playera para besarlo de nuevo. La lengua de aquel hombre era coqueta y la hacía estremecerse hasta lo más profundo.

Sintió sus manos recorriendo sus caderas y si no hubiera sido porque todavía estaba lidiando con la molestia de la picadura, se habría sacado el estrés allí mismo.

":( ¿Qué te dije de llamarme señora? ¿Quieres que me aparezca en tu puerta en tanga?"

"Señora. Señora. Señora", escribió Levi y ella le mandó el sticker de un sartenazo. "¿Has estado bien?"

"La verdad, no. Estoy cansada, me duele el cuerpo, los medicamentos todavía no se me pasan del todo y me dejaste con mucha frustración sexual", le escribió Noémi.

"Oye, cuida tu lengua. Cualquiera diría que ni siquiera te hice correrte".

"Tú sabes dónde quieres mi lengua, no te hagas el tonto. Además me dijiste que si era rápido me lo repetías". Lo que siguió fue el sticker de una chica pensativa. "Yo aquí esperando a ver si eres un hombre de palabra".

Levi rompió en carcajadas que se fueron apagando cuando se dio cuenta de que podía despertar al bebé.

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