Levi cerró los ojos. En ese momento había creído que no tenía mucho que decidir, y seguía creyéndolo todavía.
—Ni siquiera le hiciste la prueba de paternidad ¿verdad? —le susurró Noémi y Levi pasó saliva al abrir los ojos.
—No me atreví. Él no tenía a nadie más y yo... no lo sé, supongo que en ese momento no me importó de quién fuera, solo que estuviera bien.
—¿Y ahora? —preguntó Noémi con curiosidad.
—Ahora solo siento alivio porque sé que tomé la decisión correcta —murmuró Levi—. Pero entiendes por qué no puedo enredarme con una relación ¿verdad? Apenas puedo con él, con este cambio tan drástico...
Noémi arrugó el ceño, pasar de ser deportista profesional a papá a tiempo completo debía haber sido difícil para él.
—Lo perdiste todo, supongo.
Lo vio asentir, pero no parecía que se arrepintiera de nada.
—Todavía tengo muchos ahorros, y con lo que gano en la tienda cubro todos nuestros gastos y gustos sin problemas —dijo Levi.
Noémi se quedó pensativa mientras se apoyaba en su pecho y ronroneó al sentir los dedos de Levi acariciando su espalda.
—Te entiendo, tienes mucho con lo que lidiar y es bueno que lo hagas a tu modo —murmuró—. A veces la gente no entiende que lanzarnos de cabeza a un compromiso no es lo que necesitamos. Me gusta estar contigo...
—Te gusta que te folle.
—¡Me encanta que me folles! —exclamó ella—. Pero también me gusta que me entiendas. Que respetes cuando tengo que irme, y que me tomes de regreso cuando quiera volver. Me gusta que podamos hacernos compañía mientras cada uno lidia con su vida como mejor sabe.
Levi sonrió de medio lado y tiró de ella hasta hacerla quedar acostada sobre él.
Al día siguiente en la mañana era lunes, así que la tienda estaba cerrada. Iris llegó temprano a recoger al bebé y Levi volvió junto a Noémi a ver si conseguía descansar un par de horas porque ella ya lo tenía como un semental de monta.
Cuando volvió a abrir los ojos ella ya no estaba en la cama, pero el olor a café se extendía por todo el lugar.
Salió a la cocina y la vio meneándose al compás de alguna canción que salía de su celular. Levi pasó los brazos alrededor de su cuerpo y ella no se sobresaltó, solo se dio la vuelta para besarlo y le puso una taza de café en las manos.
—Vi que Peter no estaba cuando desperté.
—Sí, su niñera se lo llevó, lo traerá de nuevo en la tarde —respondió el levantando una ceja coqueta—. Te diría que tengo todo el día para quedarme haciéndote el amor, pero no quiero presionarte por si tienes algo más que hacer.
—Mmmm... —Noémi cruzó los brazos pensativa y luego se encogió de hombros.
—¿Y qué tal si buscamos una nueva casa para ti, y me haces el amor también en otro lugar?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
When reading the parts containing images accompanied by random words, it feels really uncomfortable. Perhaps I and many readers will leave this website....