UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 330

No tenía derecho a ponerse celoso, eso lo sabía, pero era bastante evidente que el nerd italiano habría besado el suelo por donde ella caminaba. El tipo tenía control sobre la mayor banca digital de toda Europa, y se notaba que tenía una buena amistad con Noémi, aunque era demasiado obvio que él quería mucho más.

—Te cuidado que te vas a resbalar —le dijo Levi al oído a Noémi mientras ella sonreía y se giraba hacia él, con el cuerpo muy pegado al suyo.

—No me digas, ¿y eso por qué?

—Porque has dejado más rastros de baba em esta sala que una procesión de caracoles —murmuró él y Noémi no pudo evitar echarse a reír.

—¿Celoso, señor Jefe? —lo provocó ella.

—Para nada, si algo sé de ti es que aquí estás con quien quieres estar —replicó Levi acariciando su mejilla—. Y cuando quieras estar con otro lo estarás y punto, así que yo voy a martirizarme sin causa.

Noémi le sonrió como si fuera un alumno inteligente, pero hablaba con razón, ella estaba donde quería estar, siempre había sido así. La noche pasó rápido, por supuesto todos estaban curioseando alrededor de quién era el invitado de Noémi, y aunque no se cuestionaban el por qué, porque definitivamente Levi Ferguson era un hombre muy atractivo, sí se cuestionaban si seguiría allí durante mucho tiempo o si la CEO del Asterion Bank estaría disponible de nuevo en algún momento cercano.

—¡Señor Ferguson! —se acercó a él un hombre ya mayor, de barba cana y elegante—. Un placer, casi me vuelvo loco intentando recordar de dónde me sonaba su cara.

Levi saludó amablemente y Noémi miró al hombre con curiosidad. Era Oskar Larsen, uno de los más importantes inversionistas noruegos.

—Juegos de invierno en Oslo, hace un par de años. ¿No es así? —Levi asintió porque por supuesto había asistido—. Mi hijo es un fanático y comienza apenas en el esquí competitivo, así que imagínese, no me quedó más remedio que comprar un equipo semiprofesional y patrocinarlo. ¿Está abierto a propuestas de trabajo, señor Ferguson?

Levi sintió que el corazón se le aceleraba. Jamás había imaginado volver como entrenador, pero cualquier cosa relacionada con una pista de esquí le parecía algo especial.

—Bueno... la verdad es que dejé la competición profesional porque soy padre soltero, señor Larsen, tengo algunas condiciones especiales —replicó él, pero Noémi solo le dio una palmadita en la espalda y le abrió los ojos a modo de "escucha lo que tiene para ofrecer".

Se disculpó un momento y los dejó solos.

Levi se quedó pensativo por un minuto y luego la miró.

—¿Ya asumiste que voy a aceptar? Digo... es en Noruega —murmuró.

—¡Pues claro que asumí que vas a aceptar! —rio Noémi—. Esto es seis veces lo que ganas en la tienda, vas a tener un patrocinio profesional, alojamiento, viáticos, todo... ¡tendrías que estar loco para no aceptar! Y tú no estás loco, esto le dará a Peter oportunidades increíbles en su vida.

Levi asintió mecánicamente sin saber muy bien qué pensar de aquella reacción. Quería repetir: "¡pero me iré hasta Noruega!". Sin embargo no lo hizo porque a ella no parecía importarle.

—Nos... nos veremos mucho menos —dijo tentativamente y Noémi frunció el ceño.

—¿Estás loco, señor Jefe? —rio—. Oslo está a dos horas en avión y yo siempre tengo uno disponible en el hangar. Podría ir diario solo para dormir contigo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN BEBÉ PARA NAVIDAD