UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 339

El salón de la mansión de la montaña comenzó a llenarse de trofeos y muy pronto. Precisamente, Oskar Larsen había venido a celebrar uno de los últimos logros, e invitó a Levi a sentarse en la terraza a beber unos tragos mientras los muchachos preparaban un asado.

—Ten. Este es un regalo especial —dijo poniendo un sobre delante de él.

Levi lo abrió con curiosidad y encontró un cheque con un bono sustancioso y un par de billetes de avión abiertos para él y el bebé.

—Es para agradecerte todo lo que has hecho por nosotros. Tenía confianza en los chicos, son buenos, pero jamás imaginé que en solo cinco meses podrías llevarlos a un Oro en una competencia nacional. Realmente eres un gran deportista —aseguró Larsen—. Usa los billetes para viajar a donde quieras. Los chicos ya tienen los suyos y creo que andan decidiendo a dónde irán. ¡Isak! —le gritó a su hijo y este se acercó corriendo—. ¿Ya decidieron a dónde irán?

El chico sonrió con nerviosismo.

—A Cancún. Queremos irnos todos a Cancún —declaró.

—¡Perfecto, recojan sus cosas que quiero descansar de ustedes por quince días! —exclamó Larsen y luego se giró hacia Levi—. Ya oíste. Les pongo dos o tres guardaespaldas y que se vayan a Cancún. ¿Y tú? ¿A dónde irás?

Levi miró atentamente los pasajes.

—No lo sé... La verdad es que me gusta mucho estar aquí —respondió pensativo.

—Creí que te gustaría usarlos para ir a la boda de Noémi Keller. Sé que ustedes son cercanos, ella me ha preguntado varias veces cómo estaban tú y Peter —dijo Oskar y Levi sintió que el corazón le subía a la garganta, sin saber si era por el hecho de que Noémi hubiera llamado o era porque le acababan de decir que se iba a casar.

Se quedó en silencio por un largo momento pero sus labios se despegaron sin que pudiera evitarlo.

—Yo no... no sabía que iba a casar. Hace tiempo que no hablo con ella —murmuró con voz temblorosa—. Imagino... imagino que se casará con el italiano... con Nino Ambrosio.

—Así es. Y después de todo lo que ha pasado esa pobre muchacha, tendría que estar loca para no casarse con Nino —suspiró Larsen—. La verdad es que no sé cómo lograron sobrevivir, pero lo hicieron.

Levi arrugó el ceño sin comprender absolutamente nada y se echó hacia adelante con un gesto mecánico.

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