UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 341

Estaba a mitad del segundo vaso de whisky, probándose el infernal vestido, cuando tocaron a la puerta, y Noémi abrió lanzando los tacones a un lado.

—¿Qué quier...? —Se quedó muda cuando vio a aquel hombre frente a ella, pero respiró profundo y levantó la barbilla con expresión neutra—. Levi. ¿Qué haces aquí?

Levi había visto las luces del departamento encenderse y había tardado en llegar solo el tiempo justo de subir a Peter en su cochecito y atravesar la calle. Llevaba horas volviéndose loco por verla, pero verla metida en aquel vestido de novia fue más de lo que podía encajar en ese momento.

—Noe... —balbuceó un par de veces, mirándola de arriba abajo y luego apretó los labios sin saber qué decir.

Noémi miró al bebé que dormía en su cochecito, y no pudo evitar una sonrisa llena de ternura.

—Ha crecido mucho. Está hermoso —dijo con un nudo en la garganta antes de mirarlo a él—. ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó con voz educadamente gélida.

—Yo... supe lo que pasó con tu hermana —murmuró Levi.

Los labios de Noémi se volvieron una fina línea y se mordió el inferior antes de echarse a un lado para dejarlos pasar y cerrar la puerta tras ellos.

—Entiendo —dijo poniendo el vaso de whisky a un lado—. Entonces, ¿en qué puedo ayudarte?

Levi se pasó una mano por los cabellos y se acarició la nuca con gesto nervioso.

—Yo no necesito nada, Noe, pero sé que te debo una disculpa —dijo él con el pecho estrujado y Noémi retrocedió, dejó el vaso de whisky en la encimera y se apoyó en ella.

—No sé cómo debería responderte a eso —murmuró—. Sí, me debes una disculpa. Supongo que lo más maduro sería aceptarla así que... —Se dio la vuelta y suspiró—. Acepto tu disculpa. ¿Algo más?

Noémi lo miró durante un largo segundo, realmente parecía desesperado, pero si antes ella hubiera hecho cualquier cosa por ver que su expresión se relajara, "antes" no era "ahora".

—No —suspiró lentamente—. Lo siento, Levi, pero no tengo ni tiempo ni ganas para contarte nada. Te agradezco inmensamente que te hayas tomado el trabajo de venir aunque fuera después de cinco meses, pero que lo hayas hecho ahora, que te hayas enterado ahora, solo significa que en todo este tiempo no te ocupaste por saber de mí ni una sola vez.

Levi pasó saliva y apretó los puños porque en eso no se equivocaba.

—Yo no... Yo me equivoqué, no pude tolerar lo que estaba imaginando, siempre dijimos que no teníamos nada serio, Noe, pero cuando te vi con él... cuando te vi con él me di cuenta de que no podía soportarlo.

—Entonces vete —respondió ella—. Vete de nuevo. olvídate de mí otros cinco meses. Y cuando te acuerdes olvídame cinco más, y así. Porque en tres días voy a casarme con Nino, y ni tú ni nadie lo va a impedir.

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