UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 364

Su llegada a Lucerna fue furtiva y en cuestión de pocas horas ya estaba metido en algo bastante ilegal en lo que definitivamente alguien con su cargo no debía enredarse, pero cuando ella lo pedía, no podía evitarlo.

Lo más chiquito que tendría que hacer sería forzar la puerta de un departamento, así que se arrodilló ante la manija, sacó un juego de ganzúas y logró abrir aquella puerta en menos de quince segundos.

—¡Auch! Voy a tener eso en cuenta para no ponerte esposas jamás. —Chiara le hizo un guiño mientras entraban al departamento y a él se le aceleró el corazón—. Me inclinaré por bridas plásticas.

Jhon le sonrió de medio lado, pero apenas la vio desprevenida se inclinó sobre su espalda, restregando todo lo suyo con todo lo de ella.

—Pensé que me habías devuelto la tarjeta cuando te la di —murmuró en su oído.

—Y lo hice... pero ya tenía una —respondió Chiara.

—¿Me habías sacado una tarjeta sin que me diera cuenta? —se sorprendió Jhon.

Ella hizo un puchero que lo hizo sentirse como un niño ingenuo.

—Tienes un post sexo muy pesado, no duras ni un minuto despierto —se burló Chiara en voz baja y Jhon juró y perjuró que le cobraría aquella ofensa.

Cuando por fin las cosas volvieron a su cauce por segunda vez, y Zack y Andrea respiraban aliviados, él se acercó a Chiara y le regaló una de esas sonrisas que derretían al mundo, pero no a ella.

—Te invito a tomar algo —le dijo—. Y tienes que decir que sí, porque es lo más educado después de que viniera hasta aquí a ayudarte.

Chiara levantó una ceja coqueta y asintió.

—Muy bien, vamos. Conozco el lugar perfecto.

Apenas entraron al bar Nix un camarero muy cortés se les acercó y los llevó a un palco reservado. El ambiente era relajado y la música cadenciosa y cómoda.

—Wow, pensé que me llevarías a una discoteca o algo —rio Jhon.

—No sé qué tienes, pero sé que eres una mujer muy especial. Quiero verte más a menudo.

—Bueno, estoy segura de que con tu cargo eres perfectamente capaz de conseguir muchas fotos mías —sentenció ella.

—Me refiero a verte de cerca.

—Hazles zoom.

Jhon se mordió los labios para aguantar la risa, pero en lugar de dejarle pasar el chiste tiró de su mano y encontró su boca con un beso dominante y necesitado.

Chiara sintió que se derretía envuelta en aquellos brazos, pero precisamente en ese momento no estaba muy tentada a resistirse. Dejó que la lengua de Jhon vagara entre sus labios y los poseyera como quería, antes de que los dos tuvieran que separarse por aire, jadeando y calientes.

—No tienes pareja. Sé que puedes tener a quien quieras, así que debe ser una elección —dijo él levantándola por las caderas para sentarla sobre su regazo y ella ni siquiera miró alrededor, o se preocupó porque los vieran mientras las manos de aquel hombre rodeaban su cintura con un gesto posesivo—. Me quiero postular.

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