Jhon sentía que el pecho le apretaba mientras Chiara lloraba en sus brazos.
—Tranquila, no pasó nada... todo está bien, te lo prometo, amor, todo está bien, confía en mí —le aseguró.
Chiara seguía temblando, estaba aterrada de que algo peor hubiera podido pasarle.
—Solo fue un roce en la cadera. No pasó nada serio...
Jhon intentaba calmarla con sus palabras, pero Chiara aún seguía conmocionada. Él la abrazó con fuerza mientras ella seguía llorando desconsoladamente, y de reojo se fijó en el subdirector, que seguía de pie en la puerta.
Pasó al menos una hora hasta que Chiara se calmó por completo y salió por un café, entonces su jefe entró para tener la conversación que él estaba esperando.
—¿Tú hiciste esto? ¿Tú nos delataste para que cayéramos en una emboscada y así poder traer a Chiara aquí? —espetó con rabia y lo vio asentir con la cabeza.
—Esta es una profesión con muchos riesgos, y yo sé aprovechar los riesgos —dijo el subdirector—. Si te comprometes a seguir mis órdenes, entonces siéntate y discutiremos cómo puedes mantener a Chiara fuera de peligro de ahora en adelante, de lo contrario, puedes quedarte aquí o... renunciar.
Jhon se quedó mirándolo anonadado por un momento mientras intentaba digerir las palabras del subdirector. Sentía que estaba ante la disyuntiva más difícil de su vida, y no había camino correcto frente a él.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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