UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 93

Resumo de Capítulo 0093: UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Resumo do capítulo Capítulo 0093 de UN BEBÉ PARA NAVIDAD

Neste capítulo de destaque do romance Romántica UN BEBÉ PARA NAVIDAD, Day Torres apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.

Eso era cierto. Tan cierto que a Zack se le hizo un nudo en el estómago.

—¿Qué sugieres? —preguntó girándose hacia Milo.

Su hermano caminó frente a la propiedad con el ceño fruncido.

—Tiene verja alta, no barda; típico error de los nuevos ricos, valoran más la exhibición de lo que tienen que la privacidad —sentenció Milo—. Por suerte eso nos da una ventaja, porque tenemos dos casas para elegir.

Señaló a las casas que estaban a casa lado de la de Mason.

—Cualquiera de las dos es buena opción —sentenció Loan—. Si miras por los pasillos te vas a dar cuenta de que tienen enormes patios traseros. Andrea no tendría que estar encerrada todo el día y nosotros tendríamos forma de vigilarla mejor. Solo tienes que conseguir que uno de ellos quiera rentártela por los próximos quince días.

Zack asintió, pero no estaba tan seguro como su hermano sobre las posibilidades de negociar con los dueños de las casas.

—Voy a investigar a los dueños para tentar las posibilidades —murmuró, pero el oficial O´Grady se acercó a él.

—No hace falta, recuerden que esta es nuestra zona habitual, yo conozco a los dueños —dijo el policía y la atención de todos se centró en él.

—La de la derecha no está mal, Los señores Stocker son muy tradicionales pero avariciosos, si les ofrecen una buena suma, es casi seguro que acepten. Pero la que realmente quieren es la de la izquierda, porque la habitación de la señora Brand da hacia allá —le explicó O´Grady—. Y la suerte está de su parte porque esa casa la están preparando para venderla, la antigua dueña murió hace poco y su hija vive en otro estado, nos encargó cuidarla cuando estuvo aquí. Le garantizo que se la rentará enseguida.

—¿Tienes comunicación con ella?

El teniente asintió.

—Claro, mañana a primera hora puedo llamarla.

Y así empezó el plan, pero no era lo único que debían hacer. Había cientos de fichas que mover antes del gran día y por esas cosas del destino los dos policías se habían solidarizado con ellos.

Al día siguiente cuando Andrea salió de la habitación no estaba cansada si no tensa. En el salón había vidrios rotos en el suelo y ella puso a la bebé en su cochecito para no arriesgarse a caerse y lastimarla.

—¿Crees que así vas a resolver las cosas? —siseó Mason al verla ir hacia la puerta.

Andrea apretó los labios y se giró.

—No gastes saliva y amenazas, Mason. Aquí cada uno hace lo que cree mejor. A ti te parece interesante coaccionarme y a mí me parece interesante no permitírtelo...

—¿Está bien, señora Brand? —preguntó.

—Sí... aquí mi es esposo solo me estaba explicando que los hombres no quieren mujeres con hijos —siseó ella.

—¡Oh, por eso no se preocupe! —rio el oficial—. El señor Keller ya dejó asentado que la quiere hasta con marido, así que puede estar tranquila. ¿Nos vamos?

Andrea empujó el cochecito de Adriana fuera de la casa y apenas iba atravesando la verja cuando Loan tuvo que aguantar a Zack del brazo porque incluso a pocos metros se podían ver las marcas rojizas de los dedos de Mason sobre las mejillas de Andrea.

—¿¡Qué te hizo ese infeliz!? —rugió furioso—. ¡Suéltame, Loan!

—Cálmate, no fue nada —respondió ella poniéndole a Andriana en los brazos porque sabía que esa era a única forma en que no cruzaría la calle para romperle la cara a Mason.

—Súbanse a sus autos —les ordenó Byren—. Espérennos en dos calles a la derecha.

Los chicos Keller empujaron a Zack a su auto y poco después la patrulla se detenía junto a ellos.

—Señora Brand, haga el favor de mirar para este lado... y ahora para este... eso es —dijo O´Grady tomándole un par de fotografías—. Vamos a dejar asentado un reporte por abuso doméstico, ahora vaya a descansar. En la noche nos vemos, señor Keller.

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