Obviamente no me escuchó, al principio todo fue suave y silencioso, los besos humedecían cada centímetro de nuestros cuerpos, yo me sentía muy excitado, sobre todo cuando me hablaba al oído para mantener un perfil bajo, no quería llamar la atención de las otras habitaciones, pero cuando llegó la mejor parte en donde debía entrar en mí, olvidó todo lo que antes le había dicho, ya que, comenzó a embestirme con fuerza, creí que me correría en la primera embestida, había extrañado la forma en la cual su pene rozaba en mi interior, no obstante, me estaba haciendo gemir demasiado, por otro lado, la cama chocaba con la pared y aquello parecía divertirle a Thomas.
Yo estaba boca abajo en la cama, para callar mis gemidos envueltos en jadeos me obligué a morder la almohada, mientras que Thomas me embestía cada vez más profundo logrando que quisiera más y más, pero no puedo dejarme llevar, seguramente nuestros vecinos nos están escuchando y me da mucha vergüenza la idea.
–mmh... bebé...– decía buscando mis labios– extrañaba tocar este delicioso punto...–continuaba diciendo mientras saboreaba mis labios– se vuelve cada vez más apretado cuando te embisto con más profundidad...– me besó de forma dulce– ¿podrías ponerte en cuatro?
–No... e-eres muy malo, nos pueden escuchar si...– me embistió– ¡ah...!
–Entonces gírate– me pidió saliendo de mi interior por lo que obedecí con cierto miedo, Thomas abrió mis piernas de par en par antes de meterse entremedio buscando penetrarme con fuerza, aquello me hacía gemir en un tono muy elevado, por ello cubrí mi boca sintiendo sus fuertes y profundas embestidas que me hacían desear estar en casa, de todas formas, allí no había restricciones. (En Nueva York)
–mmmh... ¡nnnghh! –gemía a medida que cubría mi boca– T-Thomas... más l-lento...– le pedí excitado.
–Y-Yo t-también... ¡ah...! Te... ¡oh cielos! –lo apreté con fuerza– dentro bebé... lléname de ti...–Thomas apretó mis nalgas con ambas manos antes de correrse con una fuerte embestida que nos hizo gemir a ambos– te amo... te amo...– fui diciendo muchas veces a medida que deslizaba su corrida dentro de mí y él por otro lado llevó su mano derecha a mi entrepierna sacando hasta la última gota, aunque casi todo terminó en su abdomen...
Y así es como al ducharnos caímos completamente exhaustos a la cama y nos dormimos muy apegados llenos de felicidad por estar otra vez cerca del otro, me encantaba estar con él otra vez, me sentía tan lleno, lo que siento es indescriptible, pero digamos que me sentía completo con él abrazándome por la espalda.
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