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Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 45

Fernández levantó la mano, interrumpiendo la voz de Rafaela, para decir en su lugar: "Basta, se hará como digo. Entrega tu proyecto de diseño el próximo mes y si no tienes ideas, la compañía tiene buenos diseñadores que pueden darte algunas."

Rafaela dejó los cubiertos sobre la mesa y apoyando las manos en sus rodillas, dijo: "Eso no sería justo para los demás. Sé que no tengo talento para el diseño de joyas. Si realmente haces eso, consideraré cambiar de carrera y estudiar otra especialidad."

La expresión de Fernández se endureció cuando cuestionó: "¿Qué más podrías estudiar aparte de diseño de joyas? Te he dicho que aprendas a hacer negocios, pero no quieres... cuando te pedí que eligieras esta carrera, también fue pensando en tu futuro. No espero que tomes las riendas de la empresa, pero al menos podrías ayudar a Liberto. Deja de pasar los días sin hacer nada útil."

Bajo la mesa, una mano cálida envolvió firmemente la de Rafaela. Ella intentó retirarla, pero él la sujetó con fuerza. Rafaela le lanzó una mirada de disgusto y rechazo, claramente pidiendo 'suéltame'.

No solo Liberto pensaba que Rafaela era simplemente una chica 'inútil', pues aparentemente su padre también lo hacía.

Rafaela se levantó y replicó: "Papá, ¿realmente no sabes lo que quiero hacer?"

Liberto agarró su muñeca y la interrumpió, diciendo: "Presidente, yo me encargaré de esto."

Rafaela lo empujó con fuerza, moviéndose tan bruscamente que golpeó la parte trasera de su mano contra la esquina de la mesa. El adormecimiento instantáneo fue seguido de un dolor agudo, pero aun así ella dijo: "Sí, paso mis días sin hacer nada, después de todo, mi vida ya es así. Sería mejor si papá me dejara hacer lo que quiera y no se preocupara por nada."

Rafaela tenía una enfermedad cardíaca congénita, por lo que casarse y tener hijos siempre sería un problema, por no mencionar que podría morir de un ataque al corazón en cualquier momento.

Liberto, aún llevando su anillo de plata, tamborileaba rítmicamente sobre el volante mientras comentaba: "La familia Jara tiene un gran poder, ¿no sería más fácil disfrutar de la tranquilidad y pretender que nada ha pasado? Sigues siendo la mimada hija rica."

Por primera vez en ese encuentro, Liberto habló con ella con un tono frío, su suavidad anterior había sido reemplazada por una afilada frialdad, y su mirada hacia ella ya no tenía la paciencia ni la calidez de antes, mientras sus ojos, tan profundos como la noche, parecían no tener fondo.

Rafaela cruzó los brazos y soltó una risa fría, en ese momento el viento helado de la noche soplaba, llevando su cabello desordenado detrás de sus orejas, después de un breve silencio, ella cuestionó: "¿Tan rápido te has quedado sin paciencia para seguir con esta farsa? Es mejor así, ya estoy harta de tu falsedad. Sé que te casaste conmigo solo por los activos de la familia Jara. No te preocupes, no pelearé por ellos. Penélope... sigue siendo tuya. Después del divorcio, la farsa debe continuar, no dejes que se noten las grietas."

Porque esa vez... Rafaela no sabía cuánto tiempo más podría vivir, pues después de ese accidente, podía sentir que su cuerpo ya no era el mismo y si le quedaba poco tiempo, quería vivirlo por sí misma.

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