Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 51

En Floranova, solo pocas personas adineradas podían permitirse el lujo de comprar una villa con vista al mar.

Incluso para aquellos con dinero, tales villas no siempre estaban al alcance.

Era necesario tener influencia y poder.

Era común que personas con poder e influencia, especialmente hombres como él que inevitablemente mantenían a una mujer joven, bonita y obediente a su lado, como una estudiante universitaria.

Penélope, con su inocencia, era del tipo que a todos les gustaba. Para la empleada de la casa en la villa con vista al mar, esto ya no era una sorpresa.

Sabiendo que su situación era especial y algo oculta, los empleados siempre la trataban con cuidado.

Penélope decidió bajar la guardia y mordiéndose el labio, siguió a Liberto hacia el ascensor panorámico de la casa, bajando del quinto al primer piso. Ahí vio vestidos de la nueva temporada de una marca de alta costura, todos en tonos claros.

Liberto dijo, "¿No te gustan? Haré que la marca envíe otra selección".

Penélope, que había vivido toda su vida en un pequeño pueblo y solía comprar ropa en el mercado a precios muy bajos, se encontraba ante telas que claramente eran de alta calidad, incluso la prenda que llevaba puesta tenía un precio de cinco cifras, algo que ella claramente no podía permitirse.

Agarrando nerviosamente el dobladillo de su vestido blanco, Penélope rechazó la oferta nuevamente, "Sr. Liberto, realmente aprecio su generosidad. Mis padres me enseñaron desde pequeña a no aceptar caridad. Lo siento, no puedo aceptarlo".

Al ver su actitud reservada, Liberto sintió una mezcla de ternura y enfado.

Extendió su mano para acariciar el cabello negro y brillante de Penélope, mirándola con ojos complejos.

Finalmente, Liberto se acercó al área de los vestidos y tomó un vestido azul con flores, colocándolo frente a Penélope, "Este se ve bien, te quedaría perfecto".

Viendo el malestar en el rostro de Penélope, un empleado de unos cuarenta años se acercó para tomar el vestido, "La elección del señor es excelente, Srta. Penélope se verá muy bien con este vestido".

Liberto no dijo nada más y subió las escaleras.

Al ver su figura desaparecer en la escalera, el empleado trató de consolarla, "Jovencita, ¿por qué lloras si estás bien? El señor nunca te ha forzado a nada, puede que a veces pueda ser un poco intenso, pero ¿no es porque realmente te aprecia? He escuchado que solo te tiene a ti a su lado. Además, viviendo aquí no te falta comida ni ropa y todos los días alguien te lleva a la escuela. No todos tienen esta suerte".

Penélope solo enrojeció sus ojos, agarró el vestido y lo lanzó al suelo con fuerza, "Todo esto no es lo que quiero. Él tiene esposa, tiene una familia, ¿cómo esperas que lo acepte? Ahora, yo no soy más que amante en una relación, destruyendo el matrimonio de otra familia".