*Área de café del departamento de diseño.*
—Esa Penélope, de verdad no sé de dónde salió. Se fue y ahora regresa como si nada, qué aires se da. Y el señor Luis quiere que cooperemos con alguien que ni siquiera terminó la universidad. ¿Tendrá algún padrino? ¿Será nuestro señor Liberto?
—Imposible. La vez pasada hicimos un ridículo tremendo pensando que Penélope y el señor Liberto tenían algo. Al final, él se apresuró a desmentirlo, hasta aclaró internamente que ya estaba casado.
—Oye, y hablando de eso, de verdad no me esperaba que el señor Liberto terminara con la señorita del Grupo Jara. Cuando él era un empleado más, la evitaba a toda costa. Pensábamos que nunca pasaría nada. Hasta perdí doscientos pesos en una apuesta.
—Yo también…
—Y ahora —dijo otra persona con una risa amarga—, en un rato tengo que enseñarle a nuestra “talentosa diseñadora” todos los procesos del departamento. Qué dolor de cabeza. A su edad debería estar estudiando, no viniendo a quitarnos el trabajo.
—¡Ni me digas! La señora Palacios era clienta mía, y ahora todas van a adularla a ella. Justo cuando va a ser día de pago, mi comisión se redujo a la mitad.
—Que nadie me mencione el nombre de Penélope. Solo de verla me duele la cabeza.
Penélope, de pie justo al otro lado de la puerta cerrada, escuchó todo. Apretó con fuerza la taza que sostenía, con la mirada baja, sin revelar ninguna emoción.
—Penélope, te buscan. Ve a ver quién es —dijo alguien acercándose.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Venganza Reencarnada de la Rica Heredera
Excelente novela...