Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1023

Wilbur sacudió la cabeza. Sacó su teléfono y lo colocó sobre la mesa, lo desbloqueó y se lo deslizó a la chica. "Echa un vistazo tú misma".

La chica hizo una mueca de frialdad. Finalmente, soltó a Wilbur y cogió el teléfono.

Tras una búsqueda minuciosa que duró entre siete y ocho minutos, por fin le devolvió el teléfono a Wilbur sin mediar palabra.

"¿Y bien?", preguntó Wilbur.

La expresión de la chica era cenicienta. "No importa si no encontré algo. No hice nada malo al protegerme".

"Sí, tenías derecho a hacer eso, pero ¿no deberías disculparte por acusarme tan públicamente?", preguntó Wilbur.

La muchacha guardó silencio.

Sin embargo, la multitud que los rodeaba empezó a hablar.

"Vamos, hombre, todavía es una niña. No puedes culparla por alterarse".

"Sí, al menos ya pasó".

"Sé un hombre y pon la otra mejilla, ¿ya?".

Los espectadores empezaron a hablar a favor de la chica.

Wilbur suspiró para sí.

¿Qué estaba pasando ahora en el mundo?

¿Acaso se permitía que los jóvenes se salieran con la suya utilizando su edad como excusa?

Wilbur dejó escapar un suspiro de frustración, sin ganas de que aquello continuara. Aún tenía muchos problemas que resolver.

También había perdido el apetito, así que se levantó para marcharse.

En ese momento, unos hombres se acercaron para consolar a la chica.

Ella asintió agradecida, antes de pagar su comida y marcharse también.

Tras un largo silencio, Wilbur finalmente tomó la palabra. "Faye, sobre eso...".

Justo a tiempo, Faron entró en la habitación, mirándolo con extrañeza.

Al segundo siguiente, Elsa entró tras él con la misma expresión de extrañeza en el rostro.

Antes de que Wilbur pudiera decir otra palabra, Eileen también entró en la habitación. Lo miró antes de unirse a la fila de personas alineadas en el sofá.

"¿Qué demonios está pasando?". Wilbur los miró con el ceño fruncido.

Faron dejó escapar una tos, sin decir nada.

Eileen tenía una extraña sonrisa en la cara.

Elsa parecía estar al borde de estallar en carcajadas.

"Chicos, ¿qué demonios? ¿Tengo algo en la cara?".