Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1022

Justo en ese momento, la chica que se encontraba frente a él se levantó y se juntó la falda antes de señalar a Wilbur. "¿Qué demonios estabas haciendo ahí?".

"¿Nada?". Wilbur estaba un poco confuso.

La chica parecía enfurecida. "Me tomaste una foto debajo de la falda, ¿verdad?".

"Tienes que estar bromeando", dijo Wilbur.

La chica gritó de inmediato: "¡Pervertido! ¡¿Cómo te atreves a negarlo?! Dame tu teléfono".

"¿Cuál es tu problema, chica? ¿Quién tiene tiempo para sacarte fotos? Además, ¿qué derecho tienes para pedirme el teléfono así como así?". Wilbur estaba sinceramente un poco molesto entonces.

La chica no cedió lo más mínimo. Se acercó a Wilbur y lo agarró de la camisa antes de gritar: "¡Un pervertido me acaba de tomar fotos por debajo de la falda! ¡Que alguien me ayude!".

La chica parecía joven y estudiosa con sus gafas, probablemente era una estudiante.

Sus gritos llamaron la atención de varios clientes que estaban desayunando.

Miraron hacia ellos y se enfadaron a la vez. ¡Qué descaro el de este tipo, tomando fotos por debajo de la falda de una joven a plena luz del día!

Se formó una pequeña multitud a su alrededor y alguien dijo de inmediato: "Entrégame tu teléfono, joven".

"¿Por qué debería? Yo no he hecho nada", dijo Wilbur, frunciendo el ceño.

"Esta joven acaba de decir que le tomaste fotos. ¿Acaso habría dicho eso si no lo hubieras hecho?".

"Entréganos tu teléfono y demuéstranos que no lo hiciste, y todo estará resuelto".

"¡Sí! Eres culpable si te niegas a enseñárnoslo".

El público se levantó uno a uno y todos parecían estar en contra de Wilbur.

Wilbur se enfadó de inmediato.

Esta chica se estaba pasando de la raya y estas otras personas también.

Inventándose cosas que nunca habían ocurrido.

"Gente, llamen a la policía. Dejemos que ellos se encarguen de este bastardo".

La multitud le lanzó insulto tras insulto a Wilbur, que sonrió fríamente. "¿Cómo te llamas, jovencita?".

"Por qué, ¿vas a usarlo para vengarte de mí? ¡No te tengo miedo!", dijo la chica con altanería. También sacó su teléfono y le tomó una foto a Wilbur.

Wilbur sonrió con calma. "En primer lugar, no te tomé ninguna foto debajo de la falda. En segundo lugar, no tienes derecho a revisar mi teléfono. Según la ley nacional, hay que ser miembro del sistema de seguridad por encima del nivel del condado para tener derecho a hacerlo y contar también con la presencia de dos policías certificados".

"¡Has dicho todo eso, pero aún no has sacado tu teléfono! ¿Quién se va a creer que eres inocente?", se burló la chica.

Wilbur la miró. "Mira, ya te di el resumen legal de todo esto. ¿Por qué no hablamos de lo que vas a hacer si consigo demostrar que no te tomé fotos?".

"¿Qué voy a hacer? Solo me estoy protegiendo, ¡independientemente de si tomaste fotos o no! No hice nada malo, ¿de qué podrías inculparme?", replicó la chica.

Wilbur replicó: "Bueno, yo también puedo protegerme. Si demuestro mi inocencia, tienes que disculparte".

"¡Déjate de tonterías y dame tu teléfono!", exigió secamente la chica.