Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1031

Flora estaba completamente estupefacta. No esperaba que las cosas fueran tan serias y no podía creer que iban a demandarla.

Michael y los demás tenían una mirada severa, y no la ayudaron.

Sentían que Flora se lo merecía.

"¿Cómo pueden tratarme así? ¡Esto es indignante!", gritó Flora de repente, tras recuperarse de su aturdimiento.

Se sentía maltratada.

Faye dijo fríamente: "Te dimos la oportunidad de borrar el video y aclarar el malentendido. Te dijimos que te disculparas por la reputación del señor Penn, pero no quisiste escuchar y empeoraste las cosas. Entonces, deberías asumir las consecuencias".

"¡Me están intimidando! ¡Esto es intimidación! ¿Cómo pueden tratarme así?", gritó Flora histéricamente.

No se daba cuenta en absoluto de su error.

Wilbur se levantó y sacudió la cabeza. Dijo: "Eres imposible de salvar".

Luego, salió. Faye y los demás lo siguieron.

Juno habló cuando estaban a punto de salir: "Señorita Duvall, ya que alguien ha denunciado un delito contra usted, por favor, síganos a la comisaría y coopere con la investigación".

"¡No voy a ir! ¿Por qué debería ir? ¿Qué quieren hacerme?". Flora finalmente entró en pánico.

Juno frunció el ceño y dijo: "Por favor, coopere con nosotros. No me obligue a usar la fuerza".

"¿Cómo te atreves? ¡Solo soy una estudiante! ¿No es esto brutalidad policial?", gritó.

Juno sacudió la cabeza y les dijo a los dos agentes: "Arréstenla".

Los dos agentes se adelantaron y la agarraron por los brazos. Flora forcejea repentinamente y los maldice; le arañó el brazo a uno de los policías.

"Espósenla y llévensela", ordenó Juno con severidad, y los agentes le esposaron las muñecas.

Flora entró en pánico y empezó a suplicar: "No era mi intención. ¡Puedo disculparme y borrar el video! ¡Por favor, no me arresten!".

"Lo que quieras decir puedes decirlo en la comisaría". Juno no dudó en arrestarla.

Flora vio a Wilbur y a los demás afuera, así que gritó enseguida: "¡Me equivoqué, señor Penn! ¡Sé que me equivoqué! ¡Le pido disculpas! ¡Me disculpo!".

Pronto se distrajo pensando en el dinero urgente para el desarrollo de la iglesia. No podía perder más su concentración en asuntos tan insignificantes como ese.

Pensó durante un largo rato y llegó a su estudio. Encendió la computadora y se conectó a la web oscura a través de un nombre de usuario y una contraseña especiales.

Era un sitio web clandestino de alcance mundial con todo tipo de transacciones moralmente grises.

Podía comprar armas nucleares a través de la web y hacer todo tipo de tratos.

Los usuarios de la web tenían un patrimonio neto de miles de millones de dólares o eran superiores a un cultivador de nivel Ambiente. La gente corriente no podía acceder a ese sitio web.

Wilbur empezó a navegar por la web oscura.

Vio mensajes sobre asesinatos, búsqueda de tesoros, transacciones de armas de fuego y munición, y también sobre mujeres.

Desde luego, los usuarios no buscaban mujeres corrientes.

Uno de los mensajes decía que buscaba una mujer de aspecto y cuerpo exquisitos. También pedía que la mujer fuera al menos una cultivadora principiante de nivel Ambiente, indicando que él estaba dispuesto a aceptar todo tipo de torturas. El precio era negociable.