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"Claro, no me importa", contesta Wilbur.
Kenji hizo un gesto con la mano y alguien se acercó con un pagaré. Estaba preparado de antemano, solo faltaba rellenar el importe y los datos del prestamista.
Wilbur le echó un vistazo y dijo: "El interés de este pagaré es diferente del que usted mencionó, señor Lilith. ¿Está realmente dentro de los límites de interés establecidos por el país?".
"Por supuesto. Deberías saber que el interés real se basa en nuestro acuerdo verbal", dijo Kenji mientras sonreía.
Wilbur asintió. "Entiendo".
Kenji volvió a hacer un gesto con la mano. Dos guardaespaldas trajeron dos millones de dólares y los amontonaron delante de Wilbur.
El juego continuó.
Sin embargo, Wilbur tuvo una racha de mala suerte. Perdió dos millones de dólares en dos horas.
Se le salieron las lágrimas y dijo: "¡Dame otros dos millones de dólares!".
Kenji encendió un cigarrillo y dijo despacio: "Amigo, nos conocemos desde hace poco y te presto dos millones de dólares porque pareces digno de confianza. Tendrás que aportar una garantía si quieres que te preste más".
Wilbur frunció el ceño y dijo: "No creo que tenga nada que usar como garantía".
"Amigo, eres un joven que se atrevió a apostar. No me digas que no tienes ningún activo. Eso es bastante improbable". Le dijo Kenji con una sonrisa.
Wilbur sacudió la cabeza y contestó: "Para ser sincero, me las he arreglado solo. He hecho incursiones en cosas como revender y apostar. En realidad, no tengo ningún activo fijo".
Kenji frunció el ceño y reflexionó un momento. Luego dijo: "Bueno, no es del todo imposible, aunque no tengas ninguna garantía. Sin embargo, tendrás que pagar esta deuda junto con los intereses cuando acabemos de jugar. No podrás irte si no puedes pagar".
"Ah. ¿Y el tipo de interés por el dinero que me presten esta vez?", preguntó Wilbur.
Kenji dijo con voz grave: "Un diez por ciento de interés. Teniendo todo en cuenta, es barato".
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