Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1167

Miró la pantalla y descolgó el teléfono, murmurando unas frases antes de colgar y volverse hacia Wilbur. "De verdad que tengo que estar en otro sitio hoy, pero no te preocupes. Alguien vendrá a buscarte mañana temprano y te dará una buena lección sobre lo estúpido que fuiste al golpear a mi hombre hace un rato. Sube al coche, Frost".

Leo llamó a su conductor, que fulminó a Wilbur con la mirada antes de darse la vuelta para subir.

Leo también subió al coche.

Wilbur sonrió satisfecho. "Te estaré esperando. Solo espero que no me decepciones".

Leo subió la ventanilla del asiento del copiloto y el cristal bloqueó sus miradas.

El Hummer se alejó lentamente y Wilbur se volvió hacia su conductor. "Vámonos".

Wilbur y Shepard volvieron al coche. El conductor salió de su estupor y se apresuró a dirigirse a la oficina del presidente a toda velocidad.

Por el camino, el conductor se armó de valor y dijo: "Señor Penn, el general Emer siempre ha sido muy amigo del presidente y participó en la gestión de los disturbios de hace poco. He oído que pronto será nombrado ministro de defensa y trabajará directamente a las órdenes del presidente. Creo que es mejor que se mantenga fuera de su camino. No es buena idea meterse con él".

Wilbur se rio entre dientes. "No te preocupes por eso. Todavía no he conocido a nadie con quien no pueda permitirme meterme. Apenas es alguien para mí".

El conductor suspiró sin decir palabra y permaneció en silencio el resto del trayecto.

Viendo que este hombre era un invitado de la oficina del presidente, tenía que tener algún tipo de poder.

Sin embargo, Leo era cercano al presidente y muy probablemente infinitamente más poderoso que este tipo.

Lo único por lo que podía rezar el conductor era que Wilbur no se encontrara con Leo en el despacho del presidente o el incidente se iba a solucionar mucho antes de lo previsto.

El coche se detuvo frente al despacho del presidente, donde el conductor verificó su identidad y condujo a Wilbur y Shepard hasta la sala de espera.

Otra persona se encargó de atender a Wilbur y se dirigieron a la sala de banquetes.

Wilbur contempló el espectáculo que tenía ante sí.

La sala estaba llena de gente poderosa y todos charlaban alegremente.

Sin embargo, el presidente aún no había llegado.

Además, Wilbur había ayudado a derrocar a Maddox, un gran dolor de cabeza para Manand. Convertirlo en príncipe era, sinceramente, un trato bastante justo.

Justo entonces, alguien en la puerta gritó: "¡Ha llegado el general Leo Emer!".

Todos dejaron de hablar a la vez, mirando al unísono hacia la entrada.

Las puertas se abrieron de un empujón y Leo entró a grandes zancadas con una hermosa segunda oficial detrás de él".

Leo saludó con la mano a la multitud, con la espalda recta como un alfiler. "Siento haberlos hecho esperar, estaba hablando con el presidente".

"¡Ni lo mencione! Es usted un hombre ocupado, general Emer. Estamos más que felices de esperar por usted".

"¡Acabó con los rebeldes con puño de hierro, general Emer! ¡Qué buen representante del pueblo es usted!".

"¡Estamos tan emocionados de celebrar su cargo como Ministro de Defensa, general Emer! El señor sabe que se lo merece".

Los elogios llegaron todos a la vez.