Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1166

Wilbur abrió de un tirón la puerta de su coche. Salió y se acercó a su chófer. "Devuélvele la bofetada".

"¿Qué?". El conductor miró a Wilbur sorprendido.

Wilbur frunció el ceño. "Te acaban de pegar sin motivo. ¿No vas a defenderte?".

"Ese es el coche del general Emer. Es el conductor del general Emer".

El conductor de Wilbur bajó la cabeza, sin atreverse a decir otra palabra.

A pesar de que trabajaba para la oficina del presidente, era simplemente un conductor.

Leo Emer, sin embargo, ha sido un tema candente en la oficina del presidente últimamente.

Leo era un amigo cercano del presidente y controlaba el equipo de protección personal del presidente. Eso le convertía en el lugarteniente más joven de Manand.

Leo había estado acabando sin descanso con las fuerzas restantes de Manand que intentaban amotinarse para vengar a Maddox en un intento de ascender en la jerarquía.

Se había corrido la voz de que el próximo ministro de defensa iba a ser anunciado durante el banquete en la oficina del presidente.

Eso convertiría a Leo en uno de los hombres más poderosos de todo Manand. No había forma de que este conductor sin nombre se atreviera a ofenderle.

Incluso si la demanda llegaba a la oficina del presidente, ¿esperaba realmente el conductor que se pusieran de su parte?

Sin embargo, Wilbur insistió en que su conductor se defendiera.

Su conductor permaneció en absoluto silencio, sin atreverse a hacer nada.

Justo entonces, el conductor de Leo miró fríamente a Wilbur. "¿Y quién demonios te crees que eres para estar ladrando como un perro delante del general Emer?".

"Soy tu jodida peor pesadilla".

Wilbur le dio dos bofetadas en la cara al conductor de Leo.

El conductor quedó aturdido por las bofetadas y escupió unos cuantos dientes ensangrentados.

El conductor de Wilbur se puso pálido inmediatamente por el miedo y la conmoción.

Wilbur soltó una carcajada. "Vete a la m*erda con el numerito del grandullón, viejo. No me importa si trabaja para ti o no. Está recibiendo su merecido".

El conductor de Wilbur estaba pálido como una sábana. No había manera de que este tipo saliera de esta situación impune ahora que se había metido en el lado malo de Leo.

Era importante tener en cuenta que Leo era ahora una de las personas más favorecidas del presidente.

Sería demasiado fácil para Leo hacer que mataran a alguien, pero ese tal señor Penn no parecía saberlo.

El conductor de Wilbur quiso intentar persuadirlo de que dejara de escalar el asunto, pero estaba demasiado aterrorizado para pronunciar siquiera una palabra.

En ese momento, la expresión de Leo se ensombreció y miró a Wilbur con ojos asesinos. "¿Realmente deseas morir? ¿Por qué te esfuerzas tanto en hacer que te maten de esta manera?".

"No serás capaz ni de ponerme un dedo encima". Wilbur enarcó una ceja, poco impresionado.

Otros podrían temer a Leo, pero ser cercano al presidente no significaba nada para Wilbur.

Justo a tiempo, el teléfono de Leo empezó a sonar.