Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1190

Saige sabía que todos eran cultivadores de nivel Santuario, especialmente Eileen y Shepard porque ambos eran cultivadores Super Santuario. Se podía dar cuenta de lo aterradoramente poderoso que era Wilbur.

Nancy se sentía extremadamente mal y estaba preocupada.

Seguía en pie porque Eileen la protegía. De lo contrario, se habría desmayado enseguida.

Los demás recibieron órdenes de Wilbur hace mucho tiempo.

A ningún cultivador por debajo del nivel Santuario se le permitía aparecer en una batalla de la Isla Lago Marino. Todo lo que tenían que hacer era protegerse.

Por lo tanto, los demás permanecieron quietos en sus habitaciones.

Wilbur levantó la mano en ese momento y la alabarda histórica apareció en su mano.

Agitó la mano, y la alabarda histórica se cubrió inmediatamente de relámpagos y llamas espirituales.

«No te preocupes. Puedo ocuparme de ti yo mismo», dijo Wilbur con frialdad.

Saige soltó una risita e invocó otra arma física en su mano derecha.

El arma era una garra negra que parecía enorme y amenazadora. Se enganchó en su mano y se encendió en llamas negras.

Al instante, la barrera se llenó de energía espiritual. Dos energías invisibles empezaron a luchar entre sí, lo que hizo aullar al fuerte viento.

Los cultivadores de abajo fruncieron el ceño con fuerza.

Se podía decir que Saige era más poderoso que cualquiera de ellos.

También era un Super Santuario, pero Eileen y Shepard sentían que no podían crear una barrera tan amplia.

Wilbur miró fijamente el arma de Saige y dijo lentamente: «La Garra de la Oscuridad».

«Como era de esperar de Trevor Penn», dijo Saige mientras sonreía.

Wilbur dijo fríamente: «Tu famosa arma tiene la capacidad de infligir dolor en el alma. ¿Quién no la conoce?».

Saige sonrió y parecía muy seguro de sí mismo.

«No puedo creer que intentaras secuestrar a un rehén con poderes como ese. ¿No te da vergüenza?», preguntó Wilbur en tono burlón.

Saige mantuvo su sonrisa y dijo: «Soy un asesino, no un honorable caballero».

Las armas chocaron y produjeron ruidos atronadores. Su batalla hizo que la energía espiritual se disipara por todas partes.

Los cultivadores apenas podían ver lo que ocurría.

Saige se movía como un fantasma. Era capaz de romper las leyes de la física y teletransportarse alrededor de Wilbur. Todos sus ataques eran letales.

Wilbur se quedó quieto, pero su histórica alabarda siempre podía bloquear los ataques furtivos de Saige.

Saige era como un fantasma y Wilbur como una montaña inmóvil.

Sin embargo, su batalla no se detuvo en absoluto. Las armas seguían chocando y hacían ruidos atronadores. Esto hizo que se disipara una gran cantidad de energía espiritual.

La barrera de Saige estaba a prueba de sonido y era un espacio aislado, por lo que Eileen y los demás no podían unirse a la batalla.

Sin embargo, podían ver la aterradora cantidad de energía espiritual disipándose dentro de la barrera. Apenas podían ver a ambos luchadores con sus ojos, por lo que sabían lo intensa que era.

Wilbur y Saige seguían apuntando a los órganos vitales del otro.

Podría decirse que cada ataque era extremadamente peligroso.