Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1210

Mientras todos seguían aturdidos, las líneas de energía espiritual ya habían llenado toda la Isla del Milenio. Con un fuerte ruido, toda la isla fue rodeada por una luz blanca.

Toda la isla había quedado confinada en un enorme dominio.

Eileen miró a Wilbur con ansiedad.

Wilbur descendió y se colocó junto a Eileen.

Eileen miró el enorme dominio y dijo con preocupación: "Me temo que hemos juzgado mal la situación. Toda la isla ha sido creada como una enorme formación por él. Creo que va a ocurrir algo malo".

"Ferris es el devoto de un dios maligno. Toda esta isla es probablemente un altar que mandó a construir hace mucho tiempo", dijo Wilbur con el ceño fruncido.

Eileen dijo sorprendida: "¿Altar?".

"¿No escuchaste lo que dijo Ferris? Necesita mi energía espiritual además de las vidas de todos los presentes para abrir la Puerta del Fin. Esto es una ofrenda de sacrificio", dijo Wilbur lentamente.

Eileen dijo en voz alta: "Entonces, ¿qué hacemos?".

"Toda la isla ya ha sido sellada. Tendremos que enfrentarnos a esto de frente", dijo Wilbur.

Eileen dijo con preocupación: "Ese Rey del Fin... No sé lo que es, pero por el aspecto de esta formación, probablemente sea una existencia poderosa".

"Cualquier cosa que pueda ser llamada divinidad será poderosa".

"Ferris, ese viejo zorro. Lo ocultó todo demasiado bien", dijo Eileen entre dientes apretados.

Wilbur dijo: "Es el creyente de un dios maligno. Tiene una cierta cantidad de divinidad. Si no la usa normalmente, no se le notaría".

Eileen frunció el ceño y sus espadas se encendieron con energía espiritual.

Su poder ni siquiera fue suficiente para sacudir las defensas de Ferris.

En ese momento, la espada de Wilbur también se iluminó con energía espiritual. Después, lanzó un tajo directo contra Ferris.

Todos entraron en pánico y corrieron hacia Wilbur, sintiéndose inseguros.

Ferris ya se había convertido en una existencia horripilante y nadie se atrevía a acercarse a él.

Incluso Braum se acercó y se puso al lado de Wilbur mientras miraba a Ferris y decía: "Esto no tiene nada que ver conmigo".

"Lo sé".

"¿Qué hacemos ahora?".

"Lo detendremos quedándonos quietos", dijo Wilbur con calma.

Braum miró a Wilbur, sintiendo curiosidad por su confianza.

Al mismo tiempo, con un fuerte grito de Ferris, las nubes grises del aire empezaron a moverse aún más deprisa.