Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1268

"Es... un luchador realmente bueno. Me derribó antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando", dijo Sopa, agarrándose la cara.

Cade se rio. "No hace falta ser un buen luchador para derribar a un idiota como tú, ¿verdad?".

Sopa apenas se atrevió a decir otra palabra entonces.

Cade miró a Jack fríamente. "¿Ya tienes suficiente dinero?".

"N-No", dijo Jack temblorosamente.

Cade hizo una mueca. "Tienes suerte de traerme chicas buenas de vez en cuando. Si no, te habría echado a los perros".

"Conseguiré el dinero, lo juro", suplicó Jack.

Cade se burló. "Consígueme mi dinero en una semana o esa chica tuya va a tener que trabajar en el bar. Con esa apariencia, estoy seguro de que habrás saldado tu deuda en un santiamén".

"¡No, por favor! Por favor, jefe, ella no aguantará en este tipo de trabajo", sollozó Jack.

Cade le sonrió con suficiencia. "¿Ahora tu palabra es más grande que la mía?".

A Jack le temblaba todo el cuerpo, pero enseguida dijo: "Jefe, este tipo nuevo que ella acaba de conocer está forrado, sin duda. Estoy seguro de que podremos sacarle una buena cantidad".

Cade bebió un sorbo de güisqui y se recostó en el sofá. "Si es así, supongo que podrás conseguir una prórroga de tu deuda".

"Funcionará, jefe. Se lo juro", se apresuró a decir Jack.

Cade se mofó y gritó: "¡Sanko!".

Un hombre ancho y musculoso se acercó por detrás.

"Llévate a Jack contigo y vigila a ese tipo del que hablan. Acórralo en un lugar tranquilo y tráemelo, quiero ver lo rico que es", dijo Cade.

La voz de Sanko era profunda y sólida. "Sí, jefe".

...

Wilbur y Bailey salieron del hotel y vagaron por las calles.

Ya era de noche y las luces estaban encendidas mientras la Ciudad Gamuda continuaba su ajetreo.

Las calles estaban llenas de todo tipo de turistas, puestos y vendedores ambulantes.

Wilbur se quedó pensativo, contemplando la escena.

Bailey no tuvo más remedio que apretar los dientes y seguirlo.

Los dos entraron en el teatro y se sentaron en los asientos que les habían asignado.

El espectáculo no tardó en empezar.

Apareció un grupo de mujeres altas con un maquillaje extravagante e interpretaron una secuencia de baile.

Su baile era vibrante y seductor, pero todo el mundo sabía que se trataba de hombres travestidos, aunque el contraste solo hacía que la actuación fuera aún más emocionante de ver.

Después del baile, hubo una presentación de magia que también cautivó a todos.

Fue en la segunda mitad del espectáculo cuando empezó la verdadera diversión.

Tres drag queens subieron al escenario con atuendos reveladores, mostrando sus curvas perfectas que no parecían menos impecables que las de una modelo.

"Ellas son las ganadoras anteriores de concursos nacionales de Shia. Son lo mejor de lo mejor", dijo Bailey.

"Bueno, ¿son hombres o mujeres?", preguntó Wilbur.