Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1283

"Alguien mató a uno de mis hombres, así que estoy aquí para vengarme".

"No lo entiendo", dijo Bailey.

Wilbur sonrió y dijo: "No tienes por qué entenderlo. Para cosas como esta, la ignorancia es una bendición".

Bailey asintió en silencio.

Sabía que Wilbur pertenecía a otro mundo.

No podía comprender por lo que Wilbur había vivido.

Es más, no necesitaba comprenderlo.

Solo deseaba quedarse con él un rato más. Eso sería suficiente para ella.

Se oyó una voz en cuanto Wilbur terminó de asearse.

"Sal y muere, Trevor Penn".

A Bailey le pilló desprevenida y miró a Wilbur.

Wilbur sonrió y dijo: "El espectáculo está a punto de empezar, siéntate y disfrútalo".

Se dio la vuelta y salió al patio.

Ella lo siguió en silencio pero mantuvo su distancia.

Se fijó en Daryl y Sans en el patio. Frunció el ceño y preguntó: "¿Están aquí para morir?".

"¡Qué arrogancia!".

"¡La audacia!".

Gritaron simultáneamente. No estaban asustados como el día anterior.

Wilbur sacudió la cabeza y se rio.

De repente, una figura caminó hacia el patio y se paró frente a Sans y Daryl.

Un hombre alto miró a Wilbur con frialdad.

Sans dijo al instante: "Este es el señor Zared Khan, un cultivador de nivel Santuario".

"¡Trevor Penn, cómo te atreves a provocar a los cultivadores de Shia! ¡Tendrás que pagar con tu vida!", gritó Daryl.

A continuación, Zared lanzó inmediatamente un fuerte grito: "¡Toro Divino!".

Instantáneamente, creció hasta los tres metros de altura.

Su cuerpo y apariencia cambiaron drásticamente.

Dos enormes cuernos de toro crecieron en su cabeza mientras se transformaba en un enorme toro sobre dos patas.

Su piel se volvió verde y sus músculos parecían de acero; había llamas espirituales que salían de sus fosas nasales.

Al instante se convirtió en un demi-toro aterrador que emitía una presión espiritual aterradora de su cuerpo.

Sans y Daryl encontraron difícil soportar la poderosa presión espiritual, por lo que rápidamente retrocedieron.

Bailey parecía asustada. Se sentía más horrible que nunca.

Sin embargo, una energía desconocida se extendió sobre ella y todo su malestar desapareció.

Zared dio un paso adelante y el suelo crujió al instante.

Apuntó con su hacha de batalla hacia Wilbur y dijo con voz gruñona: "¡Ven aquí y muere!".